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Encarna Jiménez

Pobre corazón

Qué nos habrá hecho la víscera antaño más noble del cuerpo humano para que esté en el centro de cualquier programa de pésimo gusto. “Corazón dormido” es la penúltima agresión que sufre el televidente por parte de los directivos de unas cadenas que han encontrado un gran filón en espacios que explotan la vida de supuestos famosos, que lo son por necesidades del guión que marcan los billetes, con la ayuda de periodistas que forman parte de una tribu de comparsas bien remunerados.

El cóctel que ha preparado Antena 3 para contrarrestar el éxito de “Cuéntame” y la resistencia de “Gran Hermano” el jueves es para no dar crédito. Bajo el control de un hipnotizador llamado Ricardo Bru, invitados y periodistas se someten a regresiones ante las cámaras. Lo que hay de verdad o mentira, de control del espectáculo o de verdadera hipnosis poco importa. Ya se ocupará quien esté interesado en desenmascarar el posible fraude de esa “máquina de la mentira” de reciente estreno. Parece bastante inverosímil que Sofía Mazagatos, Marc Ostarcevic, Bibiana Fernández, Arévalo y Aurelio tengan una trastienda tan blanca. El inconsciente más controlado del planeta con la ayuda del hipnotizador.

Antonio Hidalgo, el presentador que se hizo famoso como com-pañero de Ana Rosa Quintana, es el encargado de poner en pie un circo que está al mismo nivel que “Todo por amor”. Antena 3, que acaba de anunciar la retirada de “Abierto al anochecer” por no poder competir con “Crónicas marcianas”, se la juega de nuevo en la noche con un espectáculo de feria que no tiene visos de aguantar mucho. El “quiero y no puedo” de la cadena está consiguiendo no dar en la diana con sus productos oportunistas, y “Corazón dormido” es el último ejemplo de la deriva de la televisión hacia los terrenos más lamentables de la vacuidad con tintes siniestros. Bibi y su Asdrúbal, Mazagatos y su cuerpo, Marc y sus novias son anécdotas de un montaje que mueve muchos millones y bastante porquería.

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