Menú
GEES

Responsabilidad de protegerse

Las flamantes democracias de Túnez y Egipto se han opuesto a la intervención en Mali. Lo llamamos 'primavera árabe'. Hollande, aguanta. Bush, vuelve.

Obama prometió en 2009 un nuevo comienzo con el islam. Viendo el resultado, temblaríamos ante su rechazo a la "guerra permanente" si no conociéramos el valor de sus promesas. ¿Guantánamo?

El conflicto sigue, pero la influencia de Occidente decae. En Siria hay más que rumores acerca del uso de armas químicas –la línea roja que citó Obama– y un centenar de cadáveres dejados por los shabiba en un río. Da igual. La responsabilidad de proteger acaso merezca una línea de Bernard-Henry Lévy en el próximo Hola si acierta el diario libanés que asegura que Asma Asad está embarazada. Penúltimo episodio de la semilla del diablo.

Estados Unidos insiste en retirarse. Lo disimula ahora publicitando su segundo intento de subcontratar la guerra a los negros. Lo intentado en Mali con el éxito demostrado lo procura de nuevo el Africom, sabiamente refugiado en su sede alemana, en Níger. Hay drones, sí, en la grandiosa Uagadugu, capital de Burkina, que cooperarán. Hay gente, sí, en la base conjunta de Yibuti. Habrá reabastecimiento americano y hasta pagará Obama la gasolina de los aviones de transporte, pero son franceses los que tomaron Tombuctú. Menos mal que nuestros vecinos son menos melindrosos. Responden a la petición de ayuda del ilegítimo Gobierno maliense, atienden a la insuficiente resolución 2085 del Consejo de Seguridad, pensada para una intervención panafricana, y demuestran así que la responsabilidad que cuenta es la de protegerse, notable contraste con el mero proteger. Y no viene mal a Occidente.

Porque Obama mata en Yemen pero no en Mali porque Al Qaeda en la Península Arábiga quiere atacar América; de la otra no hay pruebas. Claro, disculpe.

Pero todo el Sahelistán, expresión del ministro Fabius, arde. En Nigeria, Boko Haram mató a 18 impuros cazadores la semana pasada. Hillary considera irrelevante que el asesinato de cuatro americanos en Bengasi en septiembre fuera obra de yihadistas, redescubiertos en el secuestro de In Amenas, en lugar del patético video que popularizaron. Hay milicias islamistas en Darfur y varios ejércitos combatiendo al Al Shabab somalí. Esta guerra contra el terrorismo que se inventó Bush y que en todo caso se acabó cuando el glorioso Obama se cargó a Osama va para largo.

A España también le resbala. No es como si hubiésemos contribuido con nuestro maltrecho presupuesto a aumentar la caja de los islamistas. Siguen financiándose mediante droga transportada con aviones venezolanos y usando armas de la guerra de Libia. Estas serán rusas, pero las compraron cataríes y saudíes, a los que los occidentales futboleros no tenemos ganas de preguntar demasiado.

Ante todo mucha calma, porque mientras aguante el ejército argelino, formado a la soviética y endurecido por la cruentísima guerra civil que vedó el poder al islamismo, no tenemos que temer. Eso sí, junto con la elite aristocrático-moral de Occidente, Giscard y Villepin, dos países se han opuesto a la intervención en Mali. Las recientes y flamantes democracias de Túnez y Egipto. Lo llamamos primavera árabe. Hollande, aguanta. Bush, vuelve.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios