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Una kefiya para el PP

Si el PP cree que los enemigos de la democracia se comportan "irresponsablemente", pero las democracias violan el derecho humanitario lo mejor que puede hacer es sumarse a la Alianza de Civilizaciones y el apaciguamiento de ZP.

El Partido Popular puede seguir diciendo, en una letanía interminable, que sus principios políticos no han cambiado y que son los mismos de siempre. Su apoyo a la proposición izquierdista del pasado día 12, llenan de preocupación y dan la razón a quienes denuncian el entreguismo que en cuestiones fundamentales hace el PP a la neoizquierda de Zapatero. Y es más grave cuando afectan a temas tan esenciales como la lucha contra el terrorismo.

Esta es la defensa del PSOE de la proposición izquierdista que el PP hace inexplicablemente suya:

Hamás ha provocado y alentado con sus ataques hacia poblaciones israelíes esta dramática situación, demostrando una gran irresponsabilidad y un desprecio absoluto a la seguridad de su pueblo; sin embargo, el legítimo derecho de Israel a defenderse no puede suponer en absoluto una carta blanca para infligir un castigo colectivo a la población civil palestina. Israel ha rebasado muchas líneas rojas durante los veintidós días de ofensiva, y por ello desde mi grupo creemos necesario ofrecer un firme apoyo a la iniciativa del secretario general de Naciones Unidas para esclarecer y deslindar toda responsabilidad de cualquier posible violación del derecho humanitario internacional que haya podido cometerse las pasadas semana.

Ya es grave que el Partido Popular no se indigne cuando se recuerda la "irresponsabilidad" de Hamás, pero se denuncia el "castigo colectivo", el "traspaso de líneas rojas" y la "posible violación del derecho humanitario" de Israel, haciendo suya sin pestañear la interpretación de Zapatero del conflicto. Si el PP cree que los enemigos de la democracia se comportan "irresponsablemente", pero las democracias violan el derecho humanitario, llevan a cabo castigos colectivos y traspasan líneas rojas, lo mejor que puede hacer es revisar los principios que sustentaron la lucha antiterrorista entre 1996 y 2004 y sumarse a la Alianza de Civilizaciones y el apaciguamiento que ZP lleva a cabo desde el 14M.

Pero resulta aún más sorprendente que el portavoz del PP haga suyo en sede parlamentaria el vocabulario radical palestino: cuando habla de la "maquinaria militar israelí" suena como cuando la izquierda abertzale habla de la "maquinaria represiva del Estado español" para referirse a la respuesta democrática al terrorismo de ETA. Porque de eso precisamente se trata: Hamás es un grupo totalitario que emplea métodos terroristas contra los palestinos y los israelíes, y la democracia israelí trata de hacerle frente como buenamente puede.

En relación con los grupos totalitarios, no hay víctimas de primera ni víctimas de segunda, Estados con derecho a defenderse y Estados puestos bajo sospecha cuando lo hacen. Esto debiera saberlo el PP, porque él fue –eran otros tiempos– el que hizo de esto un principio irrenunciable. Por eso resulta moralmente repugnante e intelectualmente inadmisible que se proponga combatir el terrorismo aquí, pero se desconfíe cuando otras democracias lo hacen. ¿Que pensaría el PP si alguien calificara a ETA de "irresponsable" y fiscalizara la actuación de las fuerzas de seguridad cuando los terroristas se quejaran? Pues eso es lo que está apoyando el partido de la derecha: hacer a los demás lo que no se admite que se haga consigo mismo.

Tras el alto el fuego, Hamás ha continuado con los actos criminales; más de 70 palestinos asesinados por quienes el Congreso, con el PP incluido, llama "irresponsables". Si hacer el juego a los islamistas de allí y a los izquierdistas de aquí va a ser parte del programa que el PP presente a las próximas elecciones europeas, lo mejor es que lo diga. Le regalaremos una kefiya.

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