Empezó esta semana, o mejor dicho acabó la anterior, con una de las cantadas monumentales o más monumentales de la televisión moderna; les cuento, estaba yo por casa a mis cosas, cuando oí gritar a mi habitual compañía masculina, que estaba en el salón viendo la tele, que Hamilton iba a perder el Mundial de Fórmula 1. Allí que voy y resulta que a los de Telecinco se les coló el adelanto en la última curva a un señor con nombre de pegamento ultrafuerte.
Y junto a la metedura de pata, ésta ha sido una semana cargada de acontecimientos dignos de reseñar.
Para empezar, la política del piloto automático del PP ya da sus frutos; con los peores datos del paro en décadas, como prueba de la crisis sobre la que el Gobierno mintió, el PP ya empata en las encuestas con el PSOE. Un éxito sin precedentes que, extrañamente, ha provocado una reacción en contra de Soraya Sáenz de Santamaría por parte de una serie de diputados del PP. Yo desconozco las interioridades del Grupo Parlamentario Popular, pero no negando que lo que se ha filtrado sea cierto, lo que me desagrada profundamente es que los que lo hayan hecho, lo hayan hecho de forma anónima. Aquí se da la cara o no se dice nada, digo yo.
Y después de las injustificadas cuchilladas en el grupo del PP en el Congreso por el gran resultado demoscópico, nos enteramos que Juan Fernando López Aguilar y Obama, como me dijo un amigo con el que comí el jueves, votarían al PP o incluso a Ciudadanos. Constitución, libertad individual y unidad nacional; madre mía, en Cataluña por menos de eso te llaman facha.
Volviendo al PP, al tiempo de juntar estas letras, sabemos que no se constituye en Navarra como Partido Popular sino como Partido Popular sin la tutela del PP de Madrid; y digo yo, entonces, ¿para qué se separan de UPN?
También supongo que están al corriente de las deposiciones de nuestro señor presidente sobre el mito o el cuento de la desregulación. Desde luego, él ha consagrado su vida al intervencionismo medular en la vida ajena; es decir, hasta la médula, empezando porque en España no te puedes grabar un cassette para el coche sin que te cobren, que es una de las mejores definiciones científicas sobre el canon. Y pese a lo que tímidamente ha dicho la Unión Europea sobre el canon para empresas y organismos públicos, lo que se conoce como el canon indiscriminado –como si el que pagamos los particulares discriminara mucho–, la opinión del Gobierno, manifestada a través de su portavoz para asuntos culturales, el señor Bautista, es la que ha trascendido. Eso de que se paga y punto, además de ser jurídicamente discutible, es propio de los simpáticos italo-americanos de Nueva Jersey.
Y lo de que al que no le guste que se aguante, amigo Teddy, será mientras gobiernen los tuyos y tengan mayoría en el Congreso, que en España, e igual te sorprende lo que diré, las leyes se aprueban y se derogan según el resultado electoral. De hecho, el PP y Ciudadanos se presentaron a las elecciones pretendiendo derogar el canon. Y cuando se votó en el Congreso, la izquierda y los nacionalistas estuvieron a favor, para variar. Que el PP esté mal no quiere decir que no vaya a gobernar nunca.
Si en algún momento en la SGAE se preguntan el porqué de su mala imagen, las provocaciones del presidente de su consejo de dirección, en plena crisis, cuando si compras un móvil de oferta tienes que pagar un euro con veinte de canon, les dará la respuesta.
Sin otro particular, me despido hasta el viernes que viene.