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Víctor Llano

Queremos saber

Puede que algún día alguien nos enseñe qué guardó el coma-andante en su carrito. (¿O era una mochila?). Sus víctimas también queremos dialogar. Pero no con Zapatero. Con los que puedan explicarnos por qué teme a los hermanos Castro.

Según el Consejo de Relatores de los Derechos Humanos en Cuba, sólo de enero a junio de 2009, la tiranía castrista ha condenado y encarcelado a más de 26 disidentes, ha arrestado a más de 500 activistas de los derechos humanos, sus paramilitares cercaron las viviendas de centenares de desafectos y en sus cárceles murieron 21 presos.

Nada de todo lo que han podido leer parece importarle al Gobierno español. Moratinos se esfuerza para "intensificar" lo que nos vende como "diálogo". Pero no con las víctimas y con intención de ofrecerles el socorro del país en el que nacieron muchísimos de sus antepasados. Con los que pretende hablar es con sus verdugos.

Él, Zapatero, y los pocos miembros del CNI que permanecen en Cuba sabrán para qué. Lo cierto es que simulan creer que dialogando con los carceleros éstos les informarán "del proceso de reformas que se está viviendo" en la Isla de los cien mil presos. Tal vez lo logren. Puede que los tiranos les informen de cómo invierten los millones de euros que les llegan de los gobiernos que se prestan a dialogar con asesinos en serie. Una buena parte de ellos los invierten en Europa multiplicando la herencia que si nadie lo impide disfrutarán sus hijos y nietos. Los otros los ponen al servicio de la represión y del mantenimiento de las más de doscientas cárceles en las que torturan y asesinan a los desafectos que tan poco importan a Moratinos.

Es lo que tiene la alianza que defiende Zapatero. Desprecio por el sufrimiento ajeno y estima por las patrañas de los verdugos. Nadie lo entiende a no ser que le tengan pillado con el carrito del helado. Y ya puede perder toda esperanza. No renunciaremos a que se nos explique lo inexplicable. Puede que algún día alguien nos enseñe qué guardó el coma-andante en su carrito. (¿O era una mochila?). Sus víctimas también queremos dialogar. Pero no con Zapatero. Con los que puedan explicarnos por qué teme a los hermanos Castro. 

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