Menú
José María Marco

Creencias e intereses

Detrás de cada declaración, por muy desmedida y extravagante que resulte en apariencia, hay, además del delirio ideológico y de la voluntad de imponer una visión del mundo cada vez más evidentemente totalitaria, un interés concreto, un beneficio esperado.

La exposición contra el cristianismo y el judaísmo que se ha inaugurado en Madrid, patrocinada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Ayuntamiento de Madrid tiene una finalidad política. Su clausura coincidirá con el Primer Foro de la Alianza de Civilizaciones que, según anunció Rodríguez Zapatero durante la visita de Ban Ki-moon a España este verano, tendrá lugar en enero de 2008.

No sólo hay una intención ideológica evidente. El retrato de Khomeini colgado junto a la de la Madre Teresa de Calcuta está pensado para halagar a los ayatolás iraníes, para poner una alfombra roja a los pies de los mismos que, si nadie lo remedia, van a provocar de aquí a unos años un conflicto nuclear del que nadie en España no saldrá indemne.

Mientras tanto, Al Qaeda, prosiguiendo una larga tradición de agresiones de terrorismo islamista completamente ajena a la tradición cristiana, en contra de lo que se afirma en la famosa exposición, conmina a los creyentes a limpiar de españoles el norte de África.

Ahora bien, más allá de la denuncia ideológica, es importante darse cuenta de algo más. Detrás de cada gesto, detrás de cada declaración, por muy desmedida y extravagante que resulte en apariencia, hay, además del delirio ideológico y de la voluntad de imponer una visión del mundo cada vez más evidentemente totalitaria, un interés concreto, un beneficio esperado.

La asignatura de adoctrinamiento y lavado de cerebro llamada de Educación para la ciudadanía encubre algunos, muy concretos, con nombres y apellidos, tras de los cuales hay fundaciones, editoriales, cursos de formación y dinero, mucho dinero público.

La Alianza de Civilizaciones también ha generado un núcleo de intereses de este tipo. Ahí está la Junta Islámica, cuyo portavoz, Yusuf Fernández, pidió el voto para el PSOE en las pasadas elecciones. O la Casa Árabe de Madrid, en cuya página web no hay una sola palabra sobre la ausencia total de respeto a los derechos humanos que sufren las personas en muchos países de religión mayoritariamente musulmana. (La directora ha sido invitada al Yemen sin que en la reseña del viaje aparezca una sola palabra en recuerdo de los españoles recientemente asesinados allí.)

Los nacionalismos crearon una ideología en torno a los intereses de unas oligarquías muy específicas. Y han acabado sembrando un odio que tardará varias generaciones en desaparecer, si es que alguna vez desaparece. El socialismo de Rodríguez Zapatero está haciendo lo mismo, imponiendo una visión del mundo mientras crea y ceba nuevos intereses. Buen alumno y mejor aliado.

En España

    0
    comentarios