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Luis del Pino

De derrota en derrota...

Al haber desaparecido la "motivación" del atentado representada por la Guerra de Irak, la sentencia vale tanto para un roto como para un descosido. ¿A quién correspondía la voz cantante, puesto que los "cerebros" han desaparecido?

Iniciamos hoy una serie de artículos con el análisis de la sentencia. Iremos cubriendo a lo largo de sucesivas entregas el contenido del fallo judicial, su interpretación, sus consecuencias y los aspectos políticos colaterales.
 
Comencemos con una constatación: la teoría de la conspiración ha sido derrotada. O al menos eso dicen algunos medios. Por decimotercera o decimocuarta vez, desde que en noviembre de 2004 Zapatero anunciara en la Comisión de Investigación del 11-M que "todo estaba claro", la teoría de la conspiración ha muerto, nos anuncian los heraldos.
 
Así que aquí andamos, alanceados, derrotados y hundidos, los que queremos saber la verdad de ese Golpe de Régimen que se produjo el 11-M. O, mejor dicho, los que queremos demostrarla, porque la verdad ya la intuimos todos.
 
¿Estamos de verdad derrotados, como nos dicen? Admitamos provisionalmente que sí. Vamos a suponer que lo estuviéramos. ¿En qué habría consistido esta derrota definitiva?
 
En algunas partidas de ajedrez, a veces las posiciones se complican tanto, son tan cerradas, que aquel jugador al que el reloj le aprieta más, o aquél que pierde los nervios, o aquél que teme que esa complejidad termine derivando en una amenaza, se decide a "limpiar" el tablero por el simple procedimiento de intercambiar piezas: "te como un caballo, me comes un alfil, te como un peón, me comes otro, te como una torre y tú, una de las mías". El resultado es una posición mucho más despejada.
 
Eso es lo que ha sucedido anteayer en la sala de la Casa de Campo: una auténtica orgía de intercambio de fichas. Los defensores de la versión oficial reclaman su victoria, afirmando que en ese intercambio de piezas han terminado por devorar, de manera irremisible, las pocas que les quedaban a las negras en el tablero de juego. Como ya he dicho, supongamos que es así.
 
¿Y qué piezas son las que las blancas han tenido que entregar a cambio, para derrotar definitivamente a los teóricos de la conspiración? Pues lo que resulta, cuando uno analiza la totalidad de la sentencia, es que ese intercambio de fichas le ha salido tremendamente oneroso a las blancas. Si los teóricos de la conspiración han sido derrotados, desde luego lo han sido a costa de que los defensores de la versión oficial cedan tres piezas de enorme importancia estratégica. Porque en esta derrota definitiva, en este vapuleo a las negras, en este auto de fe en el que hemos sido quemados en la hoguera los conspiranoicos, la versión oficial ha perdido:
  • a los autores intelectuales del crimen,
  • todas las referencias a la Guerra de Irak como motivación de los atentados
  • y una de las cuatro pruebas principales del caso: el Skoda Fabia.
Las referencias a Al Qaeda ya se habían perdido hace mucho en la versión oficial de los atentados, en cuanto comenzaron a aparecer las primeras conexiones inconvenientes que obligaron a cortar los hilos que llevaban a los dueños de la casa de Morata. Pero la Fiscalía había conservado un "modelo teórico" en el que la masacre se justificaba por el apoyo de España a la Guerra de Irak, y en el que tres personas de aparente perfil islamista figuraban como presuntos inductores o cerebros de la masacre. Y todo eso ha desaparecido, junto con las referencias a ese Skoda Fabia colocado en Alcalá tres meses después de los atentados y cuya falsedad habíamos puesto en evidencia nosotros, los conspiranoicos.
 
Que esas piezas tienen una importancia estratégica lo pone de manifiesto el hecho de que ése ha sido el titular principal en todos los medios internacionales. En los titulares de urgencia publicados inmediatamente después de la masacre, esos medios no centraban su atención en si la teoría de la conspiración ha sido derrotada o en si las condenas eran más altas o más bajas, sino en el hecho de que el 11-M se había quedado sin cerebros, al haber sido absueltos los acusados de ser autores intelectuales de la matanza.
 
Analizaremos lo referido al Skoda en un futuro artículo. Por el momento, quedémonos con que el 11-M, según la sentencia, fue cometido por una célula de islamistas en conjunción con una serie de delincuentes/mercenarios marroquíes y con la colaboración de un grupo de asturianos que traficaban con explosivos y que estaban comandados por un confidente policial.
 
¿O es al revés? ¿Fue el 11-M cometido por un grupo de asturianos comandado por un confidente policial, utilizando a una serie de delincuentes/mercenarios marroquíes y a una célula de islamistas? ¿O el 11-M fue cometido por un grupo de delincuentes/mercenarios marroquíes, utilizando a una célula de islamistas y a un grupo de asturianos comandados por un confidente policial?
 
Al haber desaparecido la "motivación" del atentado representada por la Guerra de Irak, la sentencia vale tanto para un roto como para un descosido. ¿A quién correspondía la voz cantante, puesto que los "cerebros" han desaparecido? En realidad, el cuerpo de la sentencia, y en especial el episodio de Leganés, parecen poner el foco sobre el aspecto islamista, pero lo cierto es que la autoría intelectual queda en el aire. Además, ninguna de las tres máximas condenas ha recaído sobre ningún islamista. Tenemos a Trashorras, el confidente policial asturiano; a Otman el Gnaoui, delincuente de origen marroquí, del que las mismas conversaciones telefónicas grabadas que han servido para condenarle revelan que nada tiene de islamista; y, finalmente, Jamal Zougham, que nada tiene que ver con ninguno de los tres grupos mencionados: ni el de islamistas, ni el de asturianos, ni el de delincuentes marroquíes.
 
¿Quién decidió poner 12 bombas en los trenes de cercanías madrileños a tres días de unas elecciones, matando a 192 personas? ¿El autor intelectual era alguien perteneciente al grupo de los islamistas? ¿O estaba, por el contrario, relacionado con ese grupo que Trashorras comandaba? ¿O era alguien que daba órdenes a los delincuentes/mercenarios marroquíes? ¿O se trata de alguna persona o conjunto de personas situados completamente al margen de uno u otro de los grupos en que los condenados se estructuraban?
 
En futuros artículos, analizaremos el por qué ha sido necesario para las blancas ceder las tres piezas que mencionábamos. También analizaremos la letra pequeña de la sentencia, veremos qué piezas hemos tenido nosotros que ceder y veremos en qué queda la afirmación de que la teoría de la conspiración ha sido definitivamente derrotada.
 
Quedémonos por el momento con el hecho de que alguna de las piezas que la versión oficial se ha visto obligada a ceder tienen, como revela la reacción internacional a la sentencia, una importancia capital. Entonces, si es verdad que hemos sido definitivamente derrotados, habrá que añadir la constatación de que los daños causados al enemigo durante la batalla definitiva convierten nuestro final en una pírrica victoria de las blancas.
 
¡Pues me siento orgulloso, oiga! ¡Por lo menos han servido de algo todos nuestros trabajos! Tres varapalos más a la teoría de la conspiración como éste que hemos que acabamos de vivir y la versión oficial se queda sin piezas que ceder.
 
Pero todo esto que comentamos presupone, como decíamos al principio, que estamos dando por cierto que quienes buscan la verdad han sido derrotados.
 
En realidad, ¿qué piezas hemos perdido nosotros como resultado de la sentencia? Lo veremos en próximos artículos.
 
 
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