Reflexiona Llamazares: “En torno a la supresión del canon se organiza la gente de la red y en torno al mantenimiento del canon se organiza gente de la cultura”. Entienda lo que entienda el líder de IU por “gente de la cultura”, es obvio que son cuatro, y que hay gran preocupación a la izquierda del PSOE. Sus aliados catalanes no mordieron el anzuelo de la SGAE, pero ¿qué tendría ese anzuelo, en qué consistiría, qué supondría en concreto para que IU le hincara el diente, renunciando a la causa de tantos jóvenes votantes organizados? Sorprendente, teniendo en cuenta que no hay término medio: esa renuncia supone hacerles frente. Y son muchos.
Imaginemos que IU se hubiera opuesto al canon. Ahora tendría excelentes posibilidades de recuperar algo de lo que perdió en 2004 a favor del PSOE, cuando la famosa “transfusión roja” dejó a los de Llamazares por debajo del 5 por ciento. Los líderes socialista y neocomunista deberían saber que en ese movimiento de más de un millón de hombres que tan diestramente se mueve por la red, el voto está ligado a una causa y sólo una. Estamos ante un perfil nuevo de votante, muy motivado y poco ideologizado en el sentido clásico. Y el PP va a pescar en ese banco.
Junto al efecto canon, otros factores juegan en contra de Rodríguez, o a favor de Rajoy, que es lo mismo. Llegar a las elecciones con un empate técnico en las encuestas, pero perdiendo ligeramente, favorece objetivamente al gallego. La razón es que su electorado llega movilizado hasta el final de la campaña, atraviesa la jornada de reflexión y no falta a su colegio electoral; sabe que un voto del PP puede marcar la diferencia. Está además la calidad de las propias encuestas, cuya realización telefónica les hace perder fiabilidad por dirigirse sólo a teléfonos fijos cuando en España hay 50 millones de móviles activos. Preguntar sólo a encuestados que responden a un teléfono fijo implica un nuevo sesgo cuyo grado de distorsión está por ver, pero que puede dar enormes sorpresas. En el caucus de New Hampshire (Hillary-Obama) se equivocó la demoscopia estrepitosamente. ¿Usaron también teléfonos fijos?
El último factor no contemplado en las encuestas y que puede propiciar un claro triunfo electoral del PP es la abstención catalana. Las agencias se pueden estar equivocando igual que se equivocaba el CIS en el referéndum del Estatut cuando previó una participación más de veinte puntos por encima de la que finalmente hubo. No existe una sola razón para que la fuerte tendencia abstencionista se altere en la Cataluña de los colapsos infraestructurales, los retrasos ferroviarios y los incumplimientos gubernamentales. Y sí existen razones –las acabamos de enumerar– para que la tendencia se refuerce. ¿A qué huele el PSC? A chamusquina.
