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Hermógenes Pérez de Arce

Fantástico negocio marxista

Los negocios de los marxistas son mucho mejores que los de nosotros, los derechistas, porque ellos obtienen enormes cantidades de plata sin poner nada y, en cambio, nosotros siempre debemos primero aportar bastante para conseguir algo.

Los negocios de los marxistas son mucho mejores que los de nosotros, los derechistas, porque ellos obtienen enormes cantidades de plata sin poner nada y, en cambio, nosotros siempre debemos primero aportar bastante para conseguir algo. Tal vez por eso haya demasiados izquierdistas.

Un memorable negocio que han hecho en Chile ha sido el del diario Clarín. Comenzó en los años 50, cuando el director del periódico estatal, Darío Sainte-Marie ("Volpone"), dejó su cargo, pero no sin antes hacerse dueño de una imprenta, en la que no demoró en sacar otro diario, Clarín. Lo dedicó a injuriar y calumniar a la derecha, lo cual fue decisivo para hacer a Allende presidente en 1970, con sólo 39.000 votos sobre Alessandri.

Allende, ya en el Gobierno, quiso el diario para sí. Entonces se presentó en la casa de "Volpone", en 1971, según relata Román Alegría, ex director de Clarín, "con su ventolera de GAP, Fiat 125 y metralletas", y le dijo: "Conmigo no vas a hacer lo que has hecho con Ibáñez y Frei. Te hago matar, culpo al imperialismo, te declaro héroe nacional, te rindo honores de general en el cementerio y hablo en tus funerales. Ya lo sabes". La viuda de "Volpone" lo corrobora. Según ella, Allende le dijo: "Carmencita, se va a ver muy bien de negro... Yo pongo a Darío en una cureña con una bandera chilena y hacemos como que la derecha lo mató y lo llevamos de la calle Dieciocho al cementerio".

Sainte-Marie entonces huyó, cediendo el diario al representante de negocios de Allende, Víctor Pey, por una suma que la viuda de "Volpone" califica de irrisoria. Después, el Gobierno militar recuperó Clarín para todos los chilenos. Pero los marxistas volvieron al poder junto con Aylwin, en 1990, e hicieron valer su "derecho de propiedad".

El Estado tuvo que pagar entonces indemnizaciones a diestra y siniestra: a los testaferros de Allende, accionistas del diario: 237 millones de pesos a uno, 901 millones a otro, 2.917 millones a un tercero. Pero después la sucesión de "Volpone" reclamó, y el generoso Estado chileno también le pagó: 1.668 millones. La cosa no terminó ahí, pues el representante de negocios de Allende, Víctor Pey, también exhibía títulos como accionista y reclamaba para sí la propiedad de Clarín. Astuto, cedió sus derechos a la "Fundación Allende", creada en España por el inefable marxista Joan Garcés, y ambos demandaron al Estado chileno en Estados Unidos, ante el Ciadi, que protege a los inversionistas extranjeros, haciéndose pasar por tales. Piden apenas 517 millones de dólares.

Bueno. Con el partido de Allende en el Gobierno hace 18 años (y encabezándolo hace ocho), uno puede imaginarse el entusiasmo con que se nos defiende de la Fundación Allende. Los pronósticos son negativos. Chile deberá seguir pagando, pero ahora mucho más. Y ya ha gastado más de 10 millones de dólares en las costas del juicio en EE.UU.

Por supuesto, éstos son peanuts para la Concertación, que ya se ha soplado 1.600 millones de dólares indemnizando al terrorismo marxista, otro tanto parchando el Transantiago, unos 1.200 millones más en EFE (ferrocarriles) y así sucesivamente.

Pero la genialidad debe ser premiada. Y por eso la de quien ideó esta trama, que ha generado tan millonarios como interminables pagos, se ha hecho acreedora a que su titular tenga una estatua junto a la sede presidencial de La Moneda.

¡Chilenos, cerebros lavados todos, aplaudan y no dejen de aplaudir!

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