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Emilio J. González

El peor escenario posible

El escenario que está perfilándose en el horizonte de la economía española es el de bajo crecimiento con inflación, el peor de los posibles.

Los datos y estimaciones negativas que, día a día, se conocen, o, mejor dicho, su combinación, dibujan un panorama más que inquietante para la economía española que empieza a acercarla al peor de los escenarios posibles, el de bajo crecimiento con inflación. Y la respuesta del Gobierno, en el mejor de los casos, deja mucho que desear.

Las estimaciones más solventes acerca del comportamiento de la economía española indican que a finales de este año el crecimiento estará bastante por debajo del 2 por ciento. Pero, lo que es aún más preocupante, para el próximo ejercicio muchos análisis estiman que la desaceleración continuará para acercarse a la recesión, esto es, a tasas negativas de crecimiento. Por tanto, el escenario que se perfila para los próximos trimestres no es nada bueno y, sin duda, tendrá sus repercusiones negativas sobre el empleo. 

En este contexto de desaceleración, lo normal sería que la inflación comenzara a reducirse, no por el famoso efecto escalón del que tanto habla el Ministerio de Economía, sino porque en una economía que pierde fuelle hay menos capacidad de gasto y, en consecuencia, menos presiones sobre los precios de consumo. En España, sin embargo, esto no es así. De hecho, en marzo la tasa de crecimiento del IPC aumentó hasta el 4,6 por ciento interanual. Para complicar más las cosas, los capítulos responsables del aumento de la inflación en los últimos meses, o sea, el petróleo y los alimentos, no solo tienen un comportamiento negativo estructural sino que, además, su impacto sobre los precios en España es sensiblemente superior al que tienen en nuestros socios de la Unión Europea, lo que, además de restarnos competitividad, dificulta ostensiblemente la reducción de la inflación.

En consecuencia, el escenario que está perfilándose en el horizonte de la economía española es el de bajo crecimiento con inflación, el peor de los posibles porque cualquier medida para estimular el crecimiento y la creación de empleo puede dar lugar a nuevas presiones inflacionistas que terminarían por deprimir tanto el crecimiento como el empleo. Es lo que en la literatura económica se conoce como estanflación.

¿Qué es lo que está haciendo el Gobierno para superar esta situación? Justo lo contrario de lo que debería. En primer lugar, el Ejecutivo ya debería haber anunciado un paquete de medidas urgentes para combatir esta situación ya que desde principios del año pasado Solbes sabía lo que estaba ocurriendo y el vicepresidente económico va a seguir en el cargo. Por tanto, debería haber estado trabajando desde hace tiempo en las recetas para arreglar las cosas lo antes posible. Pero, por ahora, de ese paquete no hay nada de nada, excepto los compromisos que Zapatero anunció durante la campaña electoral.

Compromisos, por otra parte, que marchan en la dirección equivocada. Hoy por hoy, lo más urgente es aplicar reformas en los mercados que reduzcan la inflación, no medidas de gasto público para estimular el crecimiento que, además de resultar contraproducentes para el mismo a medio plazo, introducirían más presiones inflacionistas.

En resumen, la economía española se aproxima al peor escenario posible, tanto por la combinación de desaceleración e inflación como por la actitud del Gobierno de Zapatero ante la que se nos viene encima. Y luego dice que todo es culpa de la crisis internacional y que criticar la economía es antipatriota.

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