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Juan Morote

Cañones y florecillas

Con el nombramiento de Chacón se sublima el oprobio al mundo castrense por parte de José Luis Rodríguez. Floral y resignado, el ejército español camina indefectiblemente hacia su conversión en una institución de beneficencia interesada

La Universidad que parecía despabilar en los ochenta, y que luego nunca despertó, tenía unos cuantos tics muy característicos. No se podía aprender Derecho prescindiendo del esclavo Estico, y no se podía estudiar Economía sin cañones y mantequilla. Cuando estudiábamos en macroeconomía la asignación de recursos, siempre nos ponían el mismo ejemplo, la opción siempre era o más cañones o más mantequilla.

En el caso que nos ocupa no será el dilema "cañones o mantequilla", sino cañones o florecillas. Ya que a José Luis Rodríguez Zapatero le ha venido en gana nombrar ministra de los cañones a quien presumía de florecilla, es decir, ecopacifista y de izquierdas ¡Cómo mola!, ¿no? Vamos, lo que se dice progre de pura cepa. Pues bien, teniendo esto en cuenta, parece posible que terminemos con una flor introducida en la boca del fusil, en cualquier desfile, como cuando José Alfonso cantaba Grandola Vila Morena. Canción con la que se inició la revolución de los claveles que marcó el fin de la dictadura militar en Portugal.

Doña Carmen Chacón (seguiré traduciendo los nombres catalanes mientras los nacionalistas catalanes traduzcan los españoles) no sólo no sabe nada del ejército, sino que no le gusta. Ella es pacifista –¡qué horror eso del ejército!, ¿no?– y, pese a ello, ha sido nombrada ministra de los ejércitos de España. Ella tan progre, tan catalanista, tan moderna, representa el desprecio que tiene José Luis Rodríguez, el presidente, por lo que España significa.

No estoy diciendo que no pueda ser ministra de defensa una mujer, sino que no puede serlo Chacón. Ya me gustaría a mí una ministra de Defensa como Condoleezza Rice. Estaría mucho más tranquilo de lo que estoy. No podemos olvidar que el artículo 8.1 de la Constitución encomienda a las Fuerzas Armadas la misión de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

Es notorio que doña Carmen no cree en la unidad territorial de España, ni siquiera en España, dado que representa el sector más nacionalista del PSC, y además ha sido una de las hooligans del Estatuto de Cataluña, que ha subvertido completamente la Constitución. Por tanto, no cabe duda de que el proceso de liquidación de España continúa inexorable.

Con el nombramiento de Chacón se sublima el oprobio al mundo castrense por parte de José Luis Rodríguez. Floral y resignado, el ejército español camina indefectiblemente hacia su conversión en una institución de beneficencia interesada, lo que hoy se llama una ONG, que es como no decir nada.

Quienes no dirán nada, los que permanecerán silentes, serán los altos mandos del ejército, apenas esbozarán algún comentario "machista" en privado. Y es que este es un país con demasiados colectivos acomplejados, y los militares no son excepción: se avergüenzan de haber sido parte de la dictadura franquista y ahora quieren ser progres, parece que les duela haber ganado una guerra. En cambio, a la izquierda nunca les ha acomplejado ser herederos de la checa y el gulag.

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