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EDITORIAL

Blanco se niega a disculparse

Aún estamos esperando que alguien en el PSOE pida disculpas por haber negociado con ETA mientras Zapatero firmaba el pacto antiterrorista.

En este nuevo clima de paz y consenso entre Rajoy y Zapatero, parece casi incómodo que ETA vuelva a hacer lo de siempre. El atentado contra una sede socialista en Bilbao vuelve a poner sobre el tapete la realidad criminal de la banda, cuya única forma de vida es la violencia. Algo que se supone sabemos todos, pero que ignoraba el presidente del Gobierno cuando decidió sentarse a negociar con quienes asesinaron a Isaías Carrasco y han puesto una bomba este jueves.

En el colmo de la desfachatez, Blanco ha llegado ha exigir disculpas a quienes denunciamos durante el proceso de rendición que el Gobierno se estaba sometiendo a los dictados de ETA. Para él, los atentados contra objetivos socialistas demostrarían que no cedieron. El problema, para Blanco y los demás socialistas, es que dichas cesiones no son asunto opinable; son hechos fehacientes, de los que existe toda la constancia posible.

Así, Zapatero reconoció en la sede de la soberanía nacional el "derecho de los vascos a decidir su futuro", el último eufemismo de moda para referirse a la independencia de esta región. Al llevar al Parlamento Europeo una votación sobre su proceso, "internacionalizó el conflicto", que es lo que siempre ha querido ETA. El Fiscal General del Gobierno, Conde Pumpido, ordenó reducir la petición de pena para De Juana Chaos, al que posteriormente se trataría con guante de seda durante su publicitaria y publicitada huelga de hambre. Permitió la presencia del PCTV en el Parlamento de Vitoria y de ANV en los ayuntamientos vascos. Y destruyó el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo sustituyéndolo por una moción parlamentaria autorizando la negociación con ETA, moción que el PSOE sigue negándose a retirar.

Todas esas concesiones y muchas más se perpetraron durante el proceso durante el que Zapatero intentó que el Estado se rindiera ante la banda terrorista ETA. Mientras tanto, procuraba cerrar los ojos de los españoles hablando de "proyectos de zulo" y asegurando que se había verificado el cumplimiento de la tregua mientras los empresarios seguían siendo extorsionados por la banda y el terrorismo callejero reinaba a sus anchas. Si no consiguió llevar a buen término sus planes fue porque la rebelión cívica liderada por la AVT en contra de la sumisión al chantaje etarra le impidió obedecer a la velocidad exigida por la banda.

Aún estamos esperando que alguien en el PSOE pida disculpas por haber negociado con ETA mientras Zapatero firmaba el pacto antiterrorista. Aún estamos esperando que alguien en el PSOE pida disculpas por insistir en que nunca se negoció con ETA antes de la tregua ni después del atentado de la T-4. Aún estamos esperando que alguien en el PSOE pida disculpas por acusar de "no querer la paz" a quienes advirtieron desde el principio que ninguna negociación con ETA llegaría a buen puerto. Aún estamos esperando que alguien en el PSOE pida disculpas a las víctimas del terrorismo por la campaña desatada en su contra por negarse a apoyar a los socialistas en su empeño por premiar a quienes mataron a sus familiares o los hirieron de gravedad. ¡Si ni siquiera Blanco o López Garrido se han disculpado todavía por sus ataques contra la AVT por facilitar una silla de ruedas en una manifestación a un pobre cojo!

Pero como buen propagandista que es, el secretario de Organización del PSOE ahora echa la culpa de las consecuencias del proceso a quienes se opusieron a él. Y, por supuesto, habrá millones de españoles que le creerán. Entre otras cosas, porque no habrá nadie en el PP para llevarle la contraria.

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