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Luis Pazos

Izquierda conservadora y desastre petrolero

Si no permiten a Pemex asociarse con otras empresas para extraer hidrocarburos en el Golfo de México, en pocos años nos convertiremos en importadores netos de petróleo.

En el siglo XIX se llamaban conservadores a quienes se oponían a los cambios; es decir, quienes querían que las cosas siguieran como estaban. Sus contrarios eran llamados liberales porque pregonaban cambios y libertades, aunque en ocasiones no actuaran como verdaderos liberales.

Luego, en el siglo XX surgieron otros grupos que se denominaron revolucionarios, pero pocos de ellos hicieron honor al nombre porque "revolucionar" significa hacer las cosas mejor que antes, mientras que allí donde los revolucionarios alcanzaron el poder, la situación social empeoró.

En México, la izquierda, que se autodenomina revolucionaria, ha pasado a ocupar el puesto de los conservadores del siglo XIX, al oponerse a todo cambio que intente una mayor productividad y modernización de las estructuras nacionales, tales como una reforma petrolera y los cambios en anticuadas leyes laborales y comerciales.

En el caso del sector petrolero, la posición de los conservadores de izquierda es tan irracional como caprichosa. Pretenden conservar el monopolio estatal absoluto en el sector, aunque hasta ellos mismos admiten que ha generado corrupción, la caída de las reservas y el aumento de las importaciones de gasolina. Todo ello coloca a la empresa petrolera estatal Pemex entre las compañías petroleras más anticuadas y menos eficientes del mundo.

El anterior presidente mexicano, Vicente Fox, trató de introducir mejoras, como el nombramiento de empresarios competentes en el Consejo de Administración de Pemex. Pero el sindicato y la burocracia lo impidieron y el intento de mejorar la administración de la empresa fue calificado como un atentado contra la soberanía nacional.

Si no permiten a Pemex asociarse con otras empresas para extraer hidrocarburos en el Golfo de México, en pocos años nos convertiremos en importadores netos de petróleo. Pero parece que a esa izquierda conservadora no le importa acabar con nuestra riqueza petrolera para conservar, eso sí, sus prebendas políticas, con las que engatusan a ignorantes.

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