Mariano Rajoy no demuestra escrúpulo alguno para abandonar en la cuneta a quienes han sido una referencia en el Partido Popular. Deja tirados, tras de sí, a más y más heridos, como si fueran los culpables de la última derrota electoral, cuando el cabeza de cartel en las últimas elecciones generales y máximo responsable de esa derrota fue él. Ese es el pago de Rajoy a los que han trabajado con más lealtad y generosidad.
El penúltimo abandono, el de María San Gil, tiene una especial relevancia. María es un referente para todo el Partido Popular por su valentía, claridad, empuje y constancia para hacer política en un lugar como en el País Vasco. Su marcha deja a Rajoy en una situación límite. Pero lo más grave de todo es que, cada vez más sólo y desnortado, no parece importarle.
Sólo cabe preguntarse ¿qué busca Mariano Rajoy? ¿Donde pretende llegar? ¿Es consciente de que está jugando con el PP y todos sus votantes? ¿No se da cuenta que en esta dinámica él mismo no tiene el más mínimo recorrido?
El Partido Popular de Aznar, Acebes, Zaplana y San Gil está siendo laminado. El nuevo PP tiene otros nombres como Soraya, Ayllón, Alonso y Lassalle. ¡Ahí es nada! La caza por tierra, mar y aire de María San Gil desde la más absoluta inmoralidad ha conseguido su objetivo. No la querían y han ido a por ella de forma rastrera: filtraciones, jugadas por las espalda, descalificaciones, campañas de descrédito... Rajoy lo ha conseguido. Si hacen esto con María, es para echarse a temblar. Esto es una caza de brujas.
