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Michelle Malkin

Chinitas tramposas y COI servil

Les salió el tiro la culata al embadurnar a sus gimnastas ChiComs (chicas comunistas) con dos kilos de sombra de ojos azul escarchado y de colorete rosa chicle. En vez de enmascarar su juventud, el maquillaje pedófilo las hizo verse incluso más jóvenes.

Tengo una hija de 8 años y sé cómo son las manos, los pies, las caderas y los dientes de una niña de esa edad. Se parecen mucho a las manos, los pies, las caderas y los dientes de las supuestas "adolescentes" del equipo olímpico chino de exitosas niñas gimnastas ganadoras de medallas de oro.

Les salió el tiro la culata al embadurnar a sus gimnastas ChiComs (chicas comunistas) con dos kilos de sombra de ojos azul escarchado y de colorete rosa chicle. En vez de enmascarar su juventud, el maquillaje pedófilo las hizo verse incluso más jóvenes, como niñitas de 5 años emperifolladas para un Halloween pekinés desmadrado.

A una de las participantes del equipo chino inexplicablemente le falta un diente –o explicable si se lo rompió o si es la única niña de "16" años en el planeta a la que se le siguen cayendo los dientes de leche tamaño gragea–. Usted mismo. Los entrenadores se negaron a ser más explícitos acerca del boquete de la nena.

Al parecer, las ChiComs esperaban que todo el brillo iridiscente atiborrado sobre las minúsculas frentes de sus gimnastas cegaría a los espectadores ante lo escandalosamente obvio. Pero hete aquí que el polvo mágico ha funcionado con los avestruces que se sientan en el Comité Olímpico Internacional (COI). Están más sumidos en la negación del engaño que el mismísimo John Edwards.

A las gimnastas se les exige que cumplan 16 en el año en curso para poder competir. Los expedientes oficiales, los reportajes de los medios estatales de las ChiComs y los datos de Internet, todos socavan las reivindicaciones de aptitud de por lo menos tres de las niñas. Por ejemplo, un servicio estatal chino de noticias publicó que He Kexin tenía 13 años en noviembre de 2007. La fecha de nacimiento de Jiang Yuyuan evolucionó mágicamente de una que le haría cumplir 15 en octubre a otra que le hace cumplir 16 en noviembre.

El mundo del deporte está que hecha humo. Pero el COI se tapa las orejas y canta "la, la, la, no podemos oír nada". Bienvenidos a la actuación en directo de las ChiComs tramposas y el COI servil. El COI y la Federación Internacional de Gimnasia aceptaron los pasaportes chinos de las niñas como prueba irrefutable de sus edades. Ambos insisten en ignorar la larga lista online de documentos blanqueados. Zhang Hongliang, funcionario de la delegación china de gimnasia se las arregló para salirse por la tangente: "Eso ya lo explicamos muy claramente". Y los funcionarios de las Olimpiadas, tan serviles y rastreros ellos, han obedecido.

Según la revista Sports Illustrated, el COI se negó a investigar la admisión aparte de un ex gimnasta chino que según se informa ha reconocido haber competido con 14 años en las olimpiadas de Sidney en 2000.

Estos organismos del deporte, al tratar de tapar las violaciones sistemáticas de las reglas por parte de China en nombre de la armonía global, están compitiendo con la ONU por el título de la Agencia Internacional Más Inútil. Se han tragado las excusas chinas de que las alteraciones de las fechas de nacimiento previas simplemente fueron "errores" de registro. En un régimen autoritario, no hay nada que pueda llamarse error burocrático.

China tiene una larga historia de engaños patrocinados por el Estado usando cualesquiera medios necesarios. También de explotación a sus atletas femeninas, desde las dopadas corredoras del "Ejército de Ma", a las victorias a punta de hormonas de crecimiento de las nadadoras chinas durante los últimos 15 años. Las revelaciones de que los fuegos artificiales de la ceremonia de apertura de los juegos fueron un truco y del cambiazo mediante fonomímica de dos niñas chinas explotadas, simplemente resaltan la amenaza del régimen a lo que les quede de integridad a los Juegos Olímpicos.

El credo olímpico del Barón de Coubertin afirma que "Lo más importante de los Juegos Olímpicos no es ganar, sino participar, igual que lo más importante de la vida no es el triunfo, sino la lucha. Lo esencial no es haber ganado, sino haber luchado bien".

Con su respuesta a lo avestruz con la cabeza metida en la arena al escándalo chino de la gimnasia, los funcionarios olímpicos internacionales le han clavado la última estocada a la credibilidad de los Juegos, y de paso han puesto de cabeza el principio que rige la competición atlética.

La villa olímpica se ha convertido en la triunfante villa Potemkin de China. ¿Más rápido, más alto, más fuerte? ¿Qué tal: Más pequeñas, más mentirosas, más jóvenes?
 

©2008 Traducido porMiryam Lindberg

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