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Jorge Valín

Menos rescates y más quiebras

Arreglando así las cosas, más nos vale que los políticos y burócratas monetarios no hagan nada excepto dejar quebrar a las malas empresas en lugar de tener que redistribuir las pérdidas hacia el contribuyente o incluso sus hijos (recuerde: deuda pública).

¿Cree que todo el conjunto de medidas, rescates y nuevos soviets financieros nos van a ayudar en algo para salir de la crisis? Viendo cómo han ido otras medidas en el pasado, el futuro inmediato no parece muy halagüeño; y es que los burócratas creen que las crisis se pueden evitar prohibiéndolas o regalando el dinero del pagador de impuestos.

El pasado 19 de septiembre la SEC (Securities and Exchange Commission), equivalente a la CNMV española, prohibió tomar posiciones cortas en 799 compañías, esto es, no permitió que nadie pudiese vender y luego comprar esas empresas. Con esta acción querían evitar más caídas en la bolsa. Ni siquiera dos semanas después, el Dow Jones registró la mayor caída en puntos de su historia, casi 800, equivalentes a un 7%. Los grandes traders se dedicaron a vender futuros, comprar opciones put (opciones de venta) y adquirieron ETFs bajistas. La razón que les llevó a actuar así es bastante clara. El regulador americano, con la prohibición, admitió un serio peligro en el mercado a corto plazo por lo que muchos hicieron lo que pudieron para empezar a salir o encontrar herramientas que les permitiesen estar bajistas durante un tiempo. De hecho, pocos días después del prohibición, muchos confidenciales americanos, publicados por hedges funds, recomendaron abrir cortos del S&P 500 hasta los 1.000 puntos. En los días siguientes el S&P 500 bajó un 12% llegando a tocar los 1.100.

Aquí en España, la CNMV no prohibió las ventas al descubierto, pero sí que obligó al sector financiero a publicar los títulos en que se encontraban a la baja. Las principales posiciones cortas de los grandes hedge funds salieron en toda la prensa económica, confidenciales de Internet, foros... lo que generó de inmediato el miedo entre los accionistas y clientes de las entidades que salieron en el informe de la CNMV. ¿Algún regulador se preguntó antes de adoptar esta medida si sería más perjudicial que beneficiosa? No importaba demasiado, era una cuestión de imagen y propaganda.

A todo esto, desde ya hace una semana que se palpa en los mercados y mundo financiero de España el temor a una corrida bancaria —retirada masiva de fondos en los bancos por parte de sus clientes. En reacción, ya han salido todos los burócratas y lobbies financieros a tranquilizar a la gente, algo que también puede generar más desconfianza que seguridad.

Sigamos. Otra de las ya recurrentes acciones de salvamento son las inyecciones de liquidez, que se han vuelto a disparar en las últimas semanas dejando el mercado loco. Por ejemplo, el tipo overnight expresado en dólares —el prestado a un día para el otro— llegó a primera hora del martes de esta semana a superar el 9% cuando su nivel tendría que estar entorno al 2%. Esto ya muestra lo inestable que está el mercado en el corto plazo. Las inyecciones de liquidez fueron tan brutales ese mismo día que por la noche la rentabilidad bajó al 0,75%. Al día siguiente, miércoles, se volvió a disparar superando el 4%. ¿A esto llaman los bancos centrales estabilización de precios?

El Gobierno Zapatero hace lo mismo pero con otro sector estratégico, el inmobiliario. De momento ZP se ha lanzado a conceder financiación barata para los promotores inmobiliarios mediante préstamos del ICO. Los principales beneficiados no serán los ciudadanos, sino los propios promotores (los bancos) debido a que algunos préstamos del ICO tienen buenos márgenes bancarios, y además el propio ICO, que en el primer trimestre de 2008 tuvo un beneficio superior a los 26 millones de euros. ¿Y cómo se pagan todos estos regalos? Se calcula que para el año que viene el Gobierno tendrá que subir los impuestos del IRPF 400 euros más al hombre de la calle.

Arreglando así las cosas, más nos vale que los políticos y burócratas monetarios no hagan nada excepto dejar quebrar a las malas empresas en lugar de tener que redistribuir las pérdidas hacia el contribuyente o incluso sus hijos (recuerde: deuda pública). Señores políticos, menos rescates y más quiebras.

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