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EDITORIAL

La determinación de Rajoy y la perplejidad de Manjón

La clausura de una comisión de investigación no debería estar condicionada a ninguna fecha, por mucho que sea la del aniversario del evento que se investiga

Decía Orwell que a veces es necesario defender lo obvio. Y eso hacemos cuando afirmarmos que la clausura de una comisión de investigación no debería estar condicionada a ninguna fecha, por mucho que sea la del aniversario del evento que se investiga. Menos aun cuando ese “evento” es, ni más ni menos, la mayor masacre terrorista que se haya producido en Europa. Hasta en eso, sin embargo, está quedando en evidencia el “todos contra el PP” al que el Gobierno quiere ceñir las precipitadas conclusiones de la comisión del 11-M. Tras bloquear las comparecencias solicitadas por este partido, -el PP ha respaldado cuantas han solicitado el resto de los grupos políticos-, y tras unos silenciosos y silenciados meses de vacaciones, un guión prestablecido quiere dar carpetazo al asunto. Y, toda la oposición, salvo el PP, lo secunda.
 
Como ha señalado Rajoy en una declaración institucional de su partido, no se trata hoy de mejorar un texto deficiente, sino de “rechazar una maniobra manifiestamente partidista, que persigue liquidar una investigación antes de completar sus trabajos y, además, parcelar las conclusiones como mejor le convenga al partido del Gobierno”.
 
También celebramos que, ahora, la presidenta de las víctimas –ella prefiere llamarles “afectados”- denuncie también las “soluciones de parcheo” que anida en esta especie de clausura-aniversario. Que una persona como Pilar Manjón, cuyas "simpatías" hacia Aznar y su partido son casi tan escasas como puedan serlo las de los asesinos de su hijo, ponga ahora en solfa las labores de investigación, secundando, en parte, lo que ha venido denunciando el PP, es un dato a tener en cuenta. Cabe, sin embargo, recordar que fue Manjón, contra la opinión de la anterior presidenta de la Asociación, la que se mostró favorable a la clausura de esta comisión; clausura que va a “parchear” de forma absoluta e irreversible la investigación política de aquella horrenda masacre.
 
También es de celebrar la perplejidad que la señora Manjón dice ahora sentir ante la bochornosa decisión del fiscal Gerardo Herrero de archivar las investigaciones sobre la trama de explosivos asturiana. Cabe, sin embargo, también recordar que fueron precisamente algunas de las comparecencias solicitadas por el PP, y denegadas por el Gobierno, las que trataban de esclarecer toda esta trama en una comisión a la que Manjón también pretendía ver clausurada.
 
Es cierto que hay que ofrecer respecto a las víctimas, pero no lo es menos que hay que pedirles coherencia.

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