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EDITORIAL

Yolanda Díaz y la nueva "solución final" contra los judíos

Sólo atienden a lo que les conviene y han determinado que entre los intereses de España y los suyos importan más estos últimos y sus objetivos electorales.

"Palestina será libre desde el río hasta el mar". La proclama antijudía de la vicepresidenta del Gobierno de España Yolanda Díaz es una de esas barbaridades que han colocado a España en una posición insostenible y a la vez insoportable, una proclama criminal que emplaza al Ejecutivo sanchista al lado de los terroristas de Hamás, una prueba de la insensata deriva diplomática de la alianza compuesta por el PSOE y Sumar y una evidencia más del grave deterioro internacional que están provocando en la imagen de España.

Para apelar a una mínima prudencia no debería ser necesario recordar las duras imágenes grabadas por los propios terroristas palestinos de sus atroces asesinatos, la violencia demoníaca desplegada contra personas indefensas, las terroríficas violaciones de mujeres, jóvenes y niños, las crueles vejaciones que sufren los secuestrados que aún permanecen con vida desde el 7 de octubre, cuando Hamás dio rienda suelta al terror en Israel. Sin embargo, la circulación de esas imágenes no altera lo más mínimo el discurso socialcomunista, aferrado a las burdas mentiras sobre el número de víctimas palestinas que difunden los terroristas y que el Gobierno da por buenas sin el más mínimo contraste.

Que la vicepresidenta Díaz hable de un "genocidio" de la población palestina y reproduzca el salvaje lema terrorista del río al mar mientras todavía permanecen en poder de los criminales de Hamás decenas de víctimas es una ofensa que difícilmente puede perdonar la ciudadanía de Israel. Que el Gobierno de España merezca el aplauso de Hamás, Irán y hasta de los talibanes debería hacer reflexionar a Sánchez, su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y a la señora Díaz sobre su propia indigencia moral, aberrante ignorancia e irresponsabilidad.

Dadas las circunstancias, el anuncio de Sánchez de reconocer un Estado palestino que no existe (en realidad lo que está reconociendo es a Hamás) y la insensata intervención de Yolanda Díaz para azuzar aún más el conflicto; la reacción de Israel de cortar el apoyo y las atenciones del consulado español en Jerusalén a los palestinos es de una prudencia y contención notables, más aún en comparación con la inaudita posición del Ejecutivo sanchista, que sigue empeñado en alinear a nuestra nación con potencias criminales y teocráticas como Irán.

Yolanda Díaz debería haber rectificado, cosa que no ha hecho, y dimitido, cosa que no hará, después de haber reproducido con aires fatuos el eslogan de la nueva "solución final" contra el pueblo judío. Israel ya ha advertido de las consecuencias de la posición española. Pero a Pedro Sánchez no le importa y Yolanda Díaz ni sabrá de lo que se está hablando ni lo que está en juego. Sólo atienden a lo que les conviene y han determinado que entre los intereses de España y los suyos importan más estos últimos y sus objetivos electorales. Mientras tanto, las redes exhiben las atrocidades de Hamás, la crueldad con los secuestrados y su entusiasmo con el apoyo de personajes como Sánchez y Yolanda Díaz, insensibles en la práctica con el dolor de los ciudadanos israelíes.

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