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LOS BELENES DE NUESTROS LECTORES

250 formas de no caer en el laicismo de Zapatero

No pertenecen al viento sino a los lectores de Libertad y oyentes de esRadio. Los hay de plastilina, cerámica, madera y hasta de hortalizas. Enormes y minúsculos. Hechos a mano, heredados, recién comprados... Si todavía no ha puesto un belén en casa no será por falta de ejemplos.

Navidades laicas no, gracias. Al menos en esta casa. Como cada año, Libertad Digital ha propuesto a los lectores compartir las fotos de sus belenes. En muy pocos días hemos recibido más de 250 imágenes desde todos los puntos de España, desde Italia y hasta de América: "No os podéis imaginar lo difícil que es conseguir figuras para el belén en Washington". Este año, nuestros belenistas no han ahorrado en imaginación; algunas alegorías del Nacimiento están realizadas en plastilina y hasta con hortalizas. Los hay que apenas ocupan un estante de una biblioteca y otros que necesitan de una habitación entera: "Mi belén es tan grande –nos dice un lector– que no se puede hacer una sola foto y que salga entero. El belén tiene más de 20 años y cada año aumenta su población, ya vamos cerca de 100 habitantes. Tanto la cascada, el mercado, la herrería, la fuente y las cuevas están hechas a mano por nosotros".

Aunque el corcho parece que sigue siendo el material habitual para simular el pesebre hay quien ha querido rendir homenaje al sector protagonista de la crisis añadiendo ladrillos auténticos a la estructura. También hemos visto al Niño Jesús, la Virgen y San José acomodados en una caja de fresas, como dice su autor, "para que no se diga que en un piso moderno no hay sitio para poner un belén". Otros están dentro de la chimenea, dentro de la raíz de un árbol, en una cesta y hasta en un carro en medio del jardín...

¿Y quién pone los belenes? Pues cada vez se reparte más entre la familia pero sigue mandando la tradición, como nos recuerda otro lector: "De nuevo he puesto el Belén para mis nietas. Las figuras del portal tienen más de 30 años. La casita (establo) está hecha por mí en corcho manchada con escayola". Otro lector incluso ha puesto varios belenes y nos manda la foto del que está pensado "para que mi hijo de tres años pueda tocarlo". Más simple, claro, pero igual de bonito. Y los hay que delegan directamente, como nos cuenta otro belenista: "Este belén lo montaron Pablo (4 años) y David (2.5 años) con una pequeña ayuda de sus padres".

Desde los más humildes hasta los que podrían servirle a Spielberg para un rodaje, y pese al riesgo de que a la SGAE o a González Sinde quieran cobrarles por compartir sus archivos fotográficos, ahí van las sugerencias para los rezagados:

A ustedes, lectores y oyentes, gracias y Feliz Navidad.

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