
Los médicos que la atendían habían descrito su estado como "estable" y habían señalado que la enferma podría haber aguantado al menos dos semanas más, dadas sus buenas condiciones físicas.
Aun con todo, el fiscal general de Trieste, Beniamino Deidda, aseguró que "hasta el momento no tenemos noticia de que se haya cometido ningún delito", según declaró a los medios italianos.
El padre de la mujer, Beppino Englaro, que acogió la noticia entre lágrimas y pidió a los medios de comunicación que le dejaran solo, aseguró que está "algo mejor". El hombre no estaba junto a su hija cuando ésta dejó de respirar en su habitación de la clínica 'La Quiete' de Udine (norte de Italia). De hecho, tampoco estaba a su lado el anestesista Amato De Monte, encargado de supervisar la evolución de la enferma.
Los enfermeros que estaban asistiendo a Eluana cuando ésta sufrió una crisis imprevista avisaron a De Monte, que tras llegar a la clínica y comprobar lo que había pasado, fue el encargado de dar la noticia a la familia. Los padres, Beppino y Saturna, que está gravemente enferma, acudirán a la clínica para despedirse de Eluana.
Entre tanto, se extienden las dudas de algunas personas sobre las causas que habrían provocado la muerte de Eluana, como es el caso del neurólogo de la universidad de Udine, Gianluigi Gigli, quien pidió "esclarecer en seguida" las circunstancias de la muerte.
Tampoco se quedó corto el presidente del Pueblo de la Libertad (el partido del Gobierno), Maurizio Gasparri, quien consideró probable que la muerte de la mujer "haya sido acelerada". "Yo pienso esto y es lo que piensan todos, estoy seguro. Asumo la responsabilidad de estas declaraciones", afirmó.