La Junta de Andalucía ha presentado este martes su oferta académica en Formación Profesional para el próximo curso 2023/2024, una oferta de 165.859 plazas frente a las 158.249 disponibles el pasado año escolar. De ellas, 21.828, el 28,22%, son en modalidad dual, un itinerario en el que la formación se lleva a cabo tanto en centros como en empresas. Asimismo, se amplía la oferta formativa: se introducen 255 nuevos ciclos formativos y cursos de especialización. En total, 3.676 ciclos y cursos, y 188 titulaciones diferentes.
La consejera de Educación, Patricia del Pozo, ha destacado el "importante refuerzo" de la FP Dual gracias a la incorporación de 72 nuevos centros docentes, y casi 8.700 empresas colaboradoras nuevas, duplicándose así la oferta. Del Pozo, además, subraya que la oferta está "adaptada a las necesidades" del tejido productivo, con "especial incidencia" en las competencias digitales, emprendedoras, y lingüísticas.
La oferta académica se vertebra en torno a cuatro ideas fundamentales. En primer lugar, la concentración de las familias profesionales y su acercamiento a las zonas donde constituye una fuente de riqueza, como en el caso del sector agrícola, pesquero y agroindustrial, donde la FP buscará mejorar la competitividad de dichas actividades. Del mismo modo, también se impulsarán los ciclos vinculados a los sectores emergentes y con alta empleabilidad, con el objetivo de elevar la tasa de inserción laboral.
No obstante, no solo se fijan en las nuevas profesiones surgida de los cambios digitales, sino que la consejera de Educación ve en la FP una forma de potenciar la artesanía y garantizar el relevo generacional en los oficios tradicionales. En este sentido, se introducen en la oferta académica el grado básico de Vidriería y Alfafería; el ciclo de grado medio en Aceite de Oliva y Vinos, o el curso de especialización en Panadería y Bollería Artesanales.
Por otro lado, la Junta aspira a "completar y reforzar" la oferta en centros especializados, así como en los municipios con menos de 20.000 habitantes y las zonas vulnerables de Andalucía. En este sentido, Del Pozo señala la doble función de la FP en estas comunidades: sirve como instrumento transformador, pero también como vía para evitar el fracaso escolar. Asimismo, para atender al alumnado con necesidades educativas especiales y hacer posible que tengan "autonomía personal y social" y "expectativas razonables" de inserción laboral, en el próximo curso se implantarán también tres programas específicos de FP Básica.