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¡Vivan los novios!

Es verdad que nunca veremos la revolución, nosotros que la quisimos tanto. Pero procede conceder que las nupcias hispalenses del funcionario Díez representan el sucedáneo simbólico que más se le parece.

Dumont dijo el día 15 de Octubre de 2011 a las 23:58:

Pues yo creo que esto no tiene que ver con la revolución. Siempre han pasado cosas así, por caridad cristiana, y por no meterme en un lío, porque el anonimato aparente no soportaría un requerimiento juducial, no contaré lo que se sabe y no se publica del estado clínico s de Doña Cayetana. Por no hablar de los cuidados geriátricos que necesita.

En cuanto a la célebre hipótesis de Doña Oriana Falacci (¿este apellido quiere decir "falacias" en italiano?). La mismísima duquesa lo negó, tendrá muchos títulos y honores reales en Inglaterra, (por el ducado de Berwick) pero el protocolo la obliga a ceder el paso a la tía Liz, y parece que no le importa.

Por lo demás, es verdad que amábamos la revolución, hasta que la hemos conocido y hemos visto que, en realidad, suele ser una forma de rifar el poder entre aventureros audaces a los que el pueblo les importa lo mismo que a Rett Butler Scarlett O'Hara. Nobody's perfect, ya saben.