
Debido a su relevancia mundial, tras la muerte de un Papa se pone en marcha un proceso que lleva preparado desde hace tiempo donde no se puede dejar nada al azar. Una organización y planificación milimétrica a nivel protocolario que supone la movilización de un gigantesco dispositivo de seguridad y logística al más alto nivel porque Roma y El Vaticano se convierten en el centro del mundo.
Después de que el cardenal Camarlengo Kevin Joseph Farrell certifique el fallecimiento del Sumo Pontífice y tras nueve días de luto conocidos como Novendiale, se celebrará el funeral que reunirá a jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo, entre ellos a las Casas Reales reinantes y no reinantes, así como representantes de todos los credos para dar su último adiós y despedirle con todos los honores.
Pese a que el propio Papa Francisco ya ha manifestó que no desea grandes pompas y que su entierro será muy distinto al de sus antecesores, se saben algunas cuestiones e incluso las novedades sobre el protocolo fúnebre y que el propio Francisco ha dejado por escrito: Desea un acto sencillo, donde su cuerpo no sea expuesto fuera del ataúd ni tampoco que se celebren dos velatorios. Asimismo, será enterrado en la basílica de Santa María La Mayor, en Roma.
¿A qué funerales papales han asistido los Reyes de España?
La primera vez que los Reyes de España acudieron a un funeral papal fue al de Juan Pablo II, el 8 de abril de 2005. Al del Papa Pablo VI, en agosto de 1978, acudieron únicamente el presidente del gobierno Adolfo Suárez acompañado de sus ministros de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja y de Justicia, Landelino Lavilla. Tampoco acudieron al de Juan Pablo I ya que, debido al temor de posibles ataques terroristas y por el asesinato del primer ministro italiano, Aldo Moro, que había ocurrido meses antes, el Vaticano pidió que no acudieran los jefes de Estado y de Gobierno.
El funeral por Juan Pablo II fue el funeral de Estado más grande que se había visto hasta la fecha ya que congregó, según datos facilitados por el Vaticano, a 10 reyes, 59 jefes de Estado, 3 príncipes herederos, 17 jefes de Gobierno, 3 esposas de jefes de Estado, 8 vicepresidentes de República, 6 vicepresidentes de Gobierno, 4 presidentes de Parlamento,12 ministros de Exteriores, 13 ministros varios, 24 embajadores o 10, entre presidentes, directores generales y secretarios generales y presidentes de Organizaciones Internacionales. La única casa real ausente fue la de Mónaco, ya que Rainiero III había fallecido dos días antes.
En la primera línea de los asientos dispuestos en la Plaza de San Pedro para las delegaciones internacionales estaban Juan Carlos I y Doña Sofía, quienes acudieron con el presidente del Gobierno de la época, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos.
Como marca el protocolo, tanto los Reyes como el resto de asistentes, vistieron de luto riguroso. Doña Sofía, además, llevaba peina y mantilla de encaje negro, un detalle que lucen exclusivamente las soberanas españolas y que las distingue del resto. A su lado estaban la reina Margarita de Dinamarca y su marido el príncipe Henrik y los Reyes Abdalá y Rania de Jordania, así como Alberto y Paola de los belgas; los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia; la reina Sonia de Noruega; los Grandes Duques Enrique y María Teresa de Luxemburgo; el príncipe Hans Adans de Liechtenstein; el por entonces príncipe Carlos de Inglaterra; el hermano del rey Mohamed, príncipe Moulay Rachid de Marruecos; los duques de Braganza o Víctor Manuel de Saboya con su mujer Marina Doria, entre otros. De los Países Bajos no acudió la reina Beatriz y en su lugar fue su primer ministro. Además estuvieron los presidentes de Estados Unidos, Portugal, Francia e Italia, entre otros muchos dignatarios internacionales como el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, el presidente de Alemania, Horst Koehler, y el canciller federal, Gerhard Schroeder, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, el primer ministro, Tony Blair o el presidente de Francia, Jacques Chirac.
El funeral de Benedicto XVI

El funeral de Benedicto XVI fue muy diferente al de su predecesor. No fue un funeral de Estado puesto que ya no gobernaba la Iglesia Católica desde hacía 10 años y era papa emérito. En cuanto a la representación española y "royal", únicamente asistió la Reina Sofía, acompañada del ministro Félix Bolaños. La Reina, de luto riguroso, esta vez no llevó ni peina ni mantilla. A su lado estaban los reyes Felipe y Matilde de Bélgica, esta sí tocada con mantilla de encaje negro sobre la cabeza.
En cuanto a las delegaciones internacionales, solo acudieron oficialmente delegaciones de Italia y de Alemania, país de origen de Ratzinger.
¿Quién asistirá al funeral del Papa Francisco por parte de España?
Es previsible que Don Felipe y Doña Letizia sean los que encabecen la delegación española, acompañados del ministro de jornada correspondiente, así como de la embajadora de España ante la Santa Sede.

La primera vez que Don Felipe y Doña Letizia se encontraron con el Santo Padre, fue durante la misa de inicio de Pontificado de Francisco, el 19 de marzo de 2013. Don Felipe vestía con uniforme de gala y Doña Letizia con un conjunto negro y mantilla de encaje negra, sin peineta. Al ser todavía Princesa de Asturias y no reina, fue vestida de negro a diferencia de otras soberanas católicas presentes que iban de blanco.
Con motivo del inicio del reinado de Felipe VI, el 30 de junio de 2014 los Reyes fueron recibidos en audiencia por el Papa Francisco en El Vaticano. Esta fue la primera vez que la Reina vistió de blanco ante el Pontífice, con un traje blanco de chaqueta y falda de Felipe Varela y sin mantilla. Ese mismo año, en noviembre de 2014, la Reina volvería a coincidir con el Papa en Roma durante una reunión de la FAO de la que es embajadora de honor.
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