
La Fiscalía General de Noruega ha confirmado que la princesa heredera Mette-Marit está siendo investigada en relación con los presuntos delitos cometidos por su hijo, Marius Borg Høiby, de 28 años. La investigación, cerrada en junio y cuya acusación formal se presentó este lunes, ha recopilado cientos de miles de archivos, incluyendo mensajes privados que podrían revelar intentos de encubrimiento o colaboración durante los hechos.
Marius Borg Høiby, hijo mayor de Mette-Marit, ha sido imputado por 32 delitos, entre ellos cuatro violaciones, violencia de género, amenazas, agresiones físicas, grabaciones íntimas no consentidas y daños materiales. La Fiscalía considera los hechos de extrema gravedad, y la pena máxima por los cargos podría alcanzar hasta diez años de prisión.
La investigación incluye testimonios de más de 60 personas y el análisis de material digital intervenido, incluyendo comunicaciones del acusado con familiares y terceros. El fiscal general del Estado, Sturla Henriksbø, ha señalado que los mensajes entre miembros de la familia real y personas implicadas en el caso han sido incorporados a la causa.
Posible encubrimiento tras un altercado con su expareja
La implicación de Mette-Marit en el caso fue mencionada por primera vez en noviembre de 2024, tras un altercado entre su hijo y su entonces pareja en un apartamento de Oslo. Según consta en registros policiales y medios noruegos, la princesa habría informado a Marius de su inminente arresto y limpiado la casa del joven antes de que llegara la policía.
Los hechos ocurrieron el 4 de agosto de 2024. Media hora antes de la detención, las autoridades contactaron telefónicamente con Marius para informarle de que iba a ser arrestado. Durante ese intervalo, la princesa, que reside en las inmediaciones, habría tenido tiempo de entrar en la vivienda de su hijo y retirar posibles pruebas, antes de acompañarle al lugar donde sería detenido.
Este episodio ha sido examinado en detalle por la Fiscalía, que no descarta solicitar la comparecencia de Mette-Marit en el juicio, previsto para enero de 2026, en el que podrían ser llamados a testificar también otros miembros de la familia.
Haakon se pronuncia por primera vez
Mientras tanto, el príncipe Haakon, heredero al trono y esposo de Mette-Marit, rompió su silencio esta semana durante un acto oficial en Trondheim. En declaraciones al medio público NRK, Haakon calificó la situación de "difícil y desafiante para todos los implicados" y expresó su respeto por el proceso judicial: "Ya se ha aclarado cuál será la acusación. Ahora le corresponde al tribunal decidir".
Añadió que la familia continuará cumpliendo con sus funciones institucionales y evitó valorar los detalles del caso. La Casa Real noruega, por su parte, ha emitido un breve comunicado en el que asegura que colaborarán con la Justicia y que se trata de un asunto privado que afecta únicamente a personas sin funciones oficiales dentro de la institución.
Grabaciones, víctimas y pruebas digitales
El expediente judicial recoge hechos presuntamente ocurridos entre 2018 y 2024, con especial énfasis en las denuncias de varias exparejas del acusado. Una de ellas, identificada como Nora Hakland, ha sido reconocida por la Fiscalía como víctima de violación y abusos.
Entre las pruebas reunidas figuran imágenes y vídeos hallados en dispositivos electrónicos, que muestran situaciones íntimas de al menos 16 mujeres distintas. Muchos de los casos han sido descartados por prescripción o por la falta de pruebas concluyentes, aunque el Ministerio Público ha considerado suficiente el material disponible para sustentar una acusación formal por 32 cargos.
Entre los delitos se incluye un caso de abuso en relaciones cercanas, cinco violaciones de órdenes de alejamiento, un caso de abuso sexual por parte de un agente de policía y varias infracciones de tráfico. Algunos de los presuntos abusos habrían sido grabados sin consentimiento mientras las víctimas dormían.


