
El rey Carlos III acompañado de Guillermo y Catalina, príncipes de Gales; la princesa real Ana y su marido Tim Lawrence, así como Sofía, duquesa de Edimburgo, han acudido al funeral católico por la duquesa de Kent, celebrado en la catedral de Westminster, sede del arzobispo primado de la Iglesia católica en Inglaterra y Gales, y que ha sido oficiado por el cardenal arzobispo Vincent Nichols.
Entre los asistentes, ha llamado la atención de la asistencia del príncipe Andrés y su exmujer, Sarah Ferguson, quien a pesar de su divorcio en 1996, sigue manteniendo el título de duquesa de York. También han estado presentes los duques de Gloucester, los príncipes Michael de Kent, cuñados de la duquesa de Kent, acompañados de sus hijos, Lord Frederik y Lady Gabriella Windsor, así como la princesa Alexandra o los hijos de la princesa Margarita, hermana de Isabel II, Lord Snowdon y Lady Sarah Chatto.
Se trata de un acontecimiento histórico por dos motivos: es el primer funeral católico de un miembro de la Familia Real británica, y primera vez que un monarca reinante del Reino Unido asiste a una misa católica en territorio británico en 400 años. Carlos III, es cabeza de la iglesia anglicana y aunque ha asistido a funerales católicos, como el de San Juan Pablo II en 2005 o a la canonización de San John Henry Newman en 2019, ambos como príncipe de Gales, o incluso a reunirse privadamente con el papa Francisco en el Vaticano, nunca había asistido a un funeral católico en el Reino Unido. Po su parte, Isabel II también asistió a funerales católicos, como el del rey Balduino de Bélgica en Bruselas, donde ocupó un lugar preferente, aunque siempre se abstuvo de hacerlo en el Reino Unido, simbolizando así la ruptura que Enrique VIII protagonizó entre la Corona británica y la Iglesia Católica.
Katharine Worsley, duquesa de Kent, falleció el pasado 4 de septiembre a los 92 años. Se convirtió al catolicismo en 1994, siendo el primer miembro de la Familia Real en ingresar en la Iglesia católica desde la conversión del rey Carlos II en 1685 en su lecho de muerte. Una decisión que siempre contó con la aprobación de la reina Isabel II, quien siempre la apoyó y a quién consideraba como un miembro muy valioso de la Familia Real Británica, por la distinguió con el título de Dama Gran Cruz de la Real Orden Victoriana, en reconocimiento a su servicio a la monarquía, en 1977.
Casada con el príncipe Eduardo, duque de Kent en 1961, tuvo tres hijos: George, conde de St. Andrews; Lady Helen Taylor; y Lord Nicholas Windsor, además de diez nietos.
Tras la misa, el féretro ha sido trasladado en coche fúnebre al cementerio real de Frogmore, en Windsor, tal y como confirmó el palacio de Buckingham.

