
Era un secreto a voces que el presidente del Gobierno llegó a las vacaciones de verano muy desmejorado. Visiblemente delgado, en algunas apariciones se le vio con prominentes ojeras y algunas fuentes avisaron de que ya no dormía tan bien como antes.
"Cómo lo va a hacer con la que está cayendo". La imagen de Mariano Rajoy ha mejorado tras las vacaciones; el sol, "principalmente del sur andaluz" -estuvo en Doñana-, y la comida casera le han ayudado. "Pero habrá que ver hasta cuando", se añade en Moncloa, advirtiendo de que la temporada que arranca no se antoja fácil.
Rajoy no ha sido el único que ha intentado recuperar unos kilos. Al titular de Justicia también se le apremió a que hiciera acopio de buenas viandas en el periodo estival, y tras su paso por Nerja parece que viene más repuesto. Según dijo el propio Alberto, ésa era una de sus intenciones.
