Durante su reunión con los directores del Instituto Cervantes, al que asistieron los príncipes de Asturias, la princesa Letizia sufrió un llamativo aunque comprensible descuido. Sentada frente a los fotógrafos y debido a que el protocolo recomienda no cruzar las piernas, la ropa interior de la princesa quedó durante unos breves segundos a la vista de los objetivos.
La agencia responsable de difundir las imágenes lo hizo en un primer momento, pero de manera casi inmediata solventó el despiste y la imagen desapareció de la circulación. Algunos medios, no obstante, hablan de censura, pese a que la decisión de retirarlo vino de la propia agencia.
Sea como fuere, la habitual elegancia y respeto al protocolo de la princesa a punto estuvieron de jugarle una mala pasada. Teniendo en cuenta la constante presencia de fotógrafos tanto en los actos oficiales como incluso en los más familiares, resultan compresibles situaciones como la sucedida en el Instituto Cervantes. No obstante, y a tenor del resultado, Letizia no tiene demasiado que temer por su imagen.
