Manolo de Vega y su esposa Juani no saben qué hacer para poder salir de la trágica situación por la que están pasando: debe ya siete meses de alquiler, tiene diálisis cuatro días a la semana de cuatro horas y media cada sesión, tiene diabetes y le tuvieron que amputar las dos piernas, según desvela Gentestilo.
Esta trágica situación le obliga a dejar su casa, en la cual lleva viviendo desde hace once años, y como medida desesperada pide ayuda a sus compañeros de profesión y así poder solucionar alguno de sus problemas. Uno de sus principales problemas económicos es que cada mes el juzgado le quita una cantidad de su pensión por "supuestos atrasos en manutenciones de un hijo del humorista que ya es mayor de edad", el que tuvo con su exmujer Luisa. Manolo asegura que siempre le ha dado dinero, pero que nunca le pidió que firmara nada como recibo y ahora se lo reclaman.
De los mil ciento setenta y cuatro euros que recibe de pensión, se queda al mes con "quinientos setenta y cuatro euros" para vivir, de los cuales "trescientos cincuenta euros son para la casa, luz y la medicación". Durante la entrevista aclaró que "no les echan judicialmente, cosa que podría hacer su casero, sino que les ha pedido que dejen libre el piso a final de mes". El dueño ya les bajó el alquiler para que pudieran pagarlo, pero no ha sido suficiente y ahora les echan y "no tiene ningún sitio" a donde ir, ni pueden pagar a un abogado.
El artículo también explica que a todo esto se le suma que está teniendo problemas con el catéter que le pusieron hace varios años, porque funciona demasiado lento, además de la amputación de sus dos piernas en el 2008 por la diabetes que padece y de las cuatro sesiones de diálisis a la semana.