Cayetano Martínez de Irujo protagoniza la portada del último número de Vanity Fair con una extensa entrevista donde reivindica su título aristocrático, el más antiguo del país, asegurando que su madre, la duquesa de Alba, se lo dio en 2013 "por los servicios que prestaba a la Casa de Alba. Hacía cientos de años que en esta familia no se daba un título por mérito propio y no por herencia o porque unos y otros se arrancaran los ojos para quitárselo".
Cayetano es el más nervioso de todos los hermanos, pero también el que más sentido del humor tiene. Él dice que es como su madre, que cuando se "cabreaba temblaba hasta la última columna del palacio. Y yo no me quedaba atrás. Por eso chocábamos tanto. Era generosa con la gente, pero le costaba tratar con los débiles. Valías o al hoyo". Sin embargo, dice parecerse a su padre en el "sentido de la justicia".
En cuanto a la relación con Carlos Fitz-James Stuart, su hermano mayor y nuevo duque de Alba, reconoce que se llevan bien pero son muy diferentes: "A Carlos le produzco desconcierto". Además, afirma que no le molestó que le pidiera que abandonara el Palacio de Liria: "Es normal que me tuviera que ir porque ya no era mi casa. Mi hermano no me echó, me invitó a que me fuera y lo entendí porque necesitaba mi zona del palacio para sus hijos".
También tiene palabras para Jesús Aguirre, el exsacerdote que se casó con la duquesa en 1978, la época en la que la relación entre madre e hijo era más tensa: "El matrimonio de mi madre con Jesús fue duro para todos y para la Casa de Alba fue nefasto. Durante esos 20 años hubo un desgobierno económico, él no hacía ni dejaba hacer. Éramos como el gran atún al que todo el mundo le hinca el diente para ver quién se lleva el pedazo más grande. Fue un desvalijo".
En cuanto a los problemas económicos que lleva arrastrando durante años, Cayetano afirma que tiene grabado en su memoria enero de 2015, cuando se quedó "sin casa y sin trabajo, en la calle". "Pasé a tener cero ingresos y muchos gastos: los de mis hijos, los de mi exmujer, la finca de Sevilla, la marca Casa de Alba que aún no generaba ganancia. Hace años me metí en un mal negocio y no podía pagar las facturas de la luz de mi casa con mis hijos y Genoveva dentro. Esa angustia yo la he vivido. Lo único que no he pasado es hambre, todo lo demás sí. Pero jamás pensé que iba a volver a pasar por esto a mi edad".
Cayetano y las mujeres
El hijo de la duquesa de Alba repasa su época de juventud: "Conocí bien el mundo de la noche y las modelos. Fui muy fiestero". Algo que ya su madre reconoció en sus memorias Yo, Cayetana en las que llegaba a afirmar que no fue lo suficientemente "fuerte" como para "cortar de raíz sus travesuras". Cayetano confiesa que "de joven confundía el amor con el sexo porque me faltó el afecto de mi madre. Buscaba en las mujeres el cariño que ella no me dio. Con 35 años se lo dije y fue un shock para ella. Jesús Aguirre me dijo: "Tu madre ha estado llorando durante dos días". Le respondí: "No pasa nada, yo he llorado muchos años por esto". A partir de ahí mi madre hizo todo lo que estuvo en su mano para recuperar el tiempo perdido".
Ahora, la madurez le hace buscar una mujer que lo entienda y le dé una "estabilidad y tranquilidad", pero evita hablar de Bárbara, su novia de 20 años: "No voy a hablar de ella. Mi vida sentimental ha dado demasiado de sí y ahora quiero que sea solo para mí".