Antonio Banderas, uno de nuestros actores más internacionales, ha decidido retirarse de un importante proyecto cultural que quería realizar en Málaga y en el que había puesto todas sus ilusiones. Sin embargo, las continuas críticas y mofas de la oposición municipal –Málaga Ahora e IU-Málaga– han terminado por desilusionar a Banderas, que ha hecho pública una carta en Diario Sur donde explica el porqué de su paso atrás. Además, esta semana el actor malagueño comunicó al arquitecto José Seguí y a los responsables de la empresa Starlite la decisión de abandonar el proyecto al que se presentaron 72 ideas.
La causa de la renuncia son las descalificaciones, incluso personales, de los concejales Ysabel Torralbo (Málaga Ahora) y Eduardo Zorrilla (IU-Málaga para la Gente) en el último pleno del Ayuntamiento de Málaga, informa Diario Sur. A ello se une la escasa reacción de Ciudadanos a la hora de contrarrestar las citadas descalificaciones.
"Por tratarse de Málaga me planteé desde el principio no escatimar y apostar fuerte por convertir la idea en algo grande que comenzase satisfaciendo a mis paisanos para más tarde conseguir traspasar las fronteras de nuestra ciudad y proyectarse a nivel nacional e internacional", comenta en su carta. "Nunca pasó por mi cabeza la idea de que este proyecto fuese rentable para mí. La idea era más bien la contraria. (…) Me animé a hacer un ofrecimiento económico que se establecería en el entorno de los 250.000 euros anuales, que ayudase a cerrar un presupuesto por temporada, repito, solo para los teatros, que rondaría los 3.000.000 de euros. Esto se llevaría a cabo de forma totalmente privada, y vendría por la vía de la esponsorización".
El actor lamenta no poder usar el "buen número de relaciones personales" que ha creado a lo largo de estos años y que "pondría a la disposición de esta ambiciosa idea". Tras ganar el concurso se dieron cuenta de que no existía el ambiente adecuado para seguir compitiendo por la concesión: "Los coros de voces que comenzaron a alzarse contra nuestro proyecto, dentro y fuera de los ambientes políticos locales, que además no se detenían en la crítica al mismo, sino que se extendían a la sorna, el cachondeo y por qué no decirlo, la mala leche, me hicieron comenzar a reflexionar sobre si realmente valía la pena arriesgar tanto,enfangarse tanto, y exponerse tanto".
"Había que salir de ahí, había que salir y buscar un mejor lugar en el que depositar todas las energías positivas que deseábamos para este desafío, un mejor sitio en el que sudar por ofrecer nuestras ideas a Málaga, un rincón en el que no huela a corralón y podamos construir algo interesante.Yo seguiré buscado la posibilidad de integrarme en el movimiento cultural tan esperanzador que está teniendo lugar en nuestra querida ciudad, pero lo haré desde el ámbito absolutamente privado, porque visto lo visto he de reconocer que el tema público da miedo. Ahí se mezclan unos intereses que no favorecen ni la gestión, ni la administración, ni la creación en libertad, y uno quiere eso, crear, trabajar y arriesgar a tope si se siente apoyado, si esto no es así se hace muy complicado, muy difícil. No quiero convertirme en un nuevo Moneo en mi propia casa", concluye.