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Raquel Morillas lo pierde todo tras su divorcio

La exconcursante de GH 3 confirmó a sus seguidores que su divorcio es oficial.

La exconcursante de GH 3 confirmó a sus seguidores que su divorcio es oficial.
Raquel Morillas | Instagram

Raquel Morillas rompió su matrimonio con Noemí Ungría por otra mujer hace aproximadamente un año y ya han conseguido el divorcio. La misma Raquel lo comunicó a través de su perfil de Instagram. "Hola familia, al final todo sacrificio tiene su recompensa, y por fin, después de luchar y esperar, ya soy una mujer divorciada", escribió la exconcursante de Gran Hermano 3 junto a una foto muy sonriente. Sin embargo, no todo lo que rodea al divorcio son buenas noticias.

En unas declaraciones a Jaleos, Morillas confiesa que lo ha perdido todo con el divorcio. "Mi mujer y yo vivíamos en su piso. Al separarme e irme de allí, se quedó con el coche, que lo pagaba yo, pero estaba a su nombre aunque ella no tenía ni carné de conducir. Además de eso, todo lo que había en la casa, que el 80 por cierto era mío, también decidió que, como era yo la que se había marchado, eso formaba parte de la casa y era suyo", explicó al citado medio. Como era de esperar, su relación no terminó de manera cordial. "Después de casi 10 años viviendo juntas, una vergüenza terminar así. Me ha bloqueado en el móvil, como si tuviéramos 10 años".

El adiós no se debió al desgaste sino a la aparición de una tercera persona que ha revolucionado la vida de Raquel. "Ha influido una tercera persona que ha servido para darme cuenta de que mi vida no era una vida feliz, era una vida cómoda", explicó en el Deluxe de Telecinco. Aunque la relación comenzó muy bien, al iniciar la convivencia todo empezó a torcerse. "Vivimos momentos muy buenos, pero es cierto que cuando empezamos a vivir juntas hay cosas que cambian y que voy cargando. Me quejo, pero digo no pasa nada". Al final, casi hacían vida separada, lo que ciertamente influyó en el estado de la relación.

En realidad, su nueva pareja es una vieja amiga de hace una década con quien recuperó el contacto vía chat. "Empezamos a hablar cada vez más hasta que se me fue de las manos, y me hizo ver la vida que yo tenía: ir al médico sola, a comprar, a la playa... y me di cuenta de que vivía con una compañera de piso".

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