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Así planea Raphael dar un repaso a su vida

Raphael sigue trabajando a sus 78, y tiene planes para una serie sobre su vida.

Raphael sigue trabajando a sus 78, y tiene planes para una serie sobre su vida.
La boda de Raphael y Natalia Figueroa. | Gtres

Rafael Martos Sánchez, convertido en el cantante Raphael desde los inicios de su carrera en 1959, acaba de cumplir setenta y ocho años y está grabando los capítulos de una serie biográfica para ser emitida en televisión, en fecha aún inconcreta. El próximo 13 de junio inicia una nueva gira que lo llevará a escenarios de toda España. Al Palacio de los Deportes de Madrid, donde actuó meses atrás en plena pandemia con éxito incontestable llenando el aforo que le fue permitido, volverá en diciembre y ya en las calles de la capital los carteles anuncian con tanta antelación ese evento. Su vida familiar es tranquila. Se casó en 1972 con la aristócrata Natalia Figueroa. Muchos pronosticaban un fracaso matrimonial. Se equivocaron: son muy felices, tienen tres hijos, que los han convertido en abuelos. La maledicencia es una costumbre muy extendida. Lo fue en los principios de su vida artística, cuando atacaban a Raphael como homosexual. Él mismo hizo frente a esos comentarios tan difundidos por toda España. Y ahí lo tiernen, cumpliendo exactamente sesenta y dos años en activo, aunque para sus actuaciones de este año continúe utilizando la cifra de sesenta, como ya hizo con su último disco, "6.0". Poco importa esos dos dígitos de diferencia.

Se han publicado infinidad de relatos biográficos sobre Raphael, incluidos varios libros y sus propias memorias aparecidas en 1998, ¿Y mañana qué?, que no han tenido continuación como él quería. Ignoramos si ha sido decisión suya o no ha encontrado una editorial; tal vez lo primero. Tengo la primera de esas biografías aparecidas en 1970, Su nombre es Raphael, que le escribió el periodista Alfredo Tocildo, veterano informador de cine de los años 50. Me la envió el propio artista, con su dedicatoria. Y allí se cuentan sus primeros años, en una modestísima familia que emigró desde Linares a Madrid. El futuro gran cantante pudo haber sido sastre, pues en ello trabajó de adolescente, del mismo modo que, para ayudar a los suyos hasta vendió melones en un puesto callejero. Su paso por la Escolanía de la iglesia y colegio de San Antonio, en la madrileña calle de Bravo Murillo marcaría su destino: poseía una voz extraordinaria. Ya en sus inicios juveniles se enroló en una compañía de variedades. Era a finales de los años 50. Cantaba coplas de Juanita Reina, la artista que más admiraba. Y mezclaba gestos de otros, entre Edith Piaf, Antonio Amaya, quizás también Bécaud, pero logrando poco a poco establecer un estilo propio. Como levantaba su mano derecha hacia el cielo, lo llamaron "El robabombillas".

Camino de la casa de discos Philips, con quien grabó sus primeras canciones, comentó por sugerencia de su representante Paco Gordillo, que su nombre con "ph" resultaría muy comercial. La idea se la apropió el cantante. Y desde su triunfal aparición en el Festival de Benidorm en 1962 su itinerario artístico fue en ascenso, con giras mundiales que evitamos reseñar por conocidas. Las elevadísimas ventas de sus grabaciones le han proporcionado trescientos veintiséis discos de oro, cuarenta y nueve de platino y uno de uranio que se inventó su entonces casa discográfica Hispavox.

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Raphael | Archivo

Raphael no es la primera vez que aparece en una filmación contando su vida artística y personal. Antonio Isasi-Isamendi, gran realizador cinematográfico, firmó un documental titulado Rafael en Raphael estrenado en 1975. Antena 3 ya programó en octubre de 2010 Raphael: una historia de superación personal, dos capítulos en los que el personaje era interpretado por Juan Ribó, actor y cantante también. Alex de la Iglesia se permitió incluirlo en un filme paródico, Mi gran noche. Ese mundo de imágenes fascina a Raphael, protagonista de una quincena de títulos cinematográficos donde lo importante eran sus interpretaciones musicales, porque sus argumentos, aún escritos por guionistas de prestigio y el concurso de Antonio Gala, eran de cuestionada calidad, folletinescos, aunque dirigidos por realizadores competentes , caso entre otros de Mario Camus. Todavía quiere Raphael rodar una película más. Su voz, en los diálogos y monólogos siempre fue doblada por un excelente actor, Emilio Gutiérrez Caba.

Raphael no quiere retirarse. Lo hará, asegura, si un día comprueba que su voz le falla. Es en la actualidad el cantante más longevo en los escenarios. De su generación, está Miguel Ríos, que se ha retirado ya dos veces y aún actúa de vez en cuando. No es el mismo caso. Ni el de Serrat, que comenzó tres o cuatro años más tarde. De ellas, coetánea es Ana Belén. Tal es su pasión por cantar que una vez recuperado tras el trasplante de hígado al que se sometió en 2003, reapareció sin haber perdido facultades canoras. La vocación musical del "Niño de Linares" no puede compararse con ningún otro colega. Y no es porque necesite dinero. Calculan algunos que su capital es de cuatro millones de euros. Tiene la luz pagada hace tiempo. Aunque ni por asomo se acerca al patrimonio que posee Julio Iglesias, muy diversificado, y en nombre de su esposa, para evitar que ese hijo valenciano que podría ser suyo llegue a heredarle.

Pasa más de medio año fuera de casa. Su residencia en Madrid es el chalé de las afueras, en Boadilla del Monte. Tiene otro, más reducido, en Ibiza. Años atrás vivió alguna temporada en Miami, en otra mansión, esta de alquiler, donde había vivido el Presidente Richard Nixon. Natalia, su encantadora, brillante y enamorada esposa, de la que conservo agradables recuerdos desde antes de que se casara y a cuya boda en Venecia asistí, ya está acostumbrada a la vida de su marido, constantemente haciendo el equipaje para emprender un viaje, o cuando sus giras lo alejan de la vivienda familiar varios meses.

En Linares, la ciudad natal de Raphael, queda el recuerdo de la casa donde se dice que nació, con una lápida que así lo asegura, aunque en verdad vino al mundo en el hospital municipal, donde cuatro años más tarde de su llegada al mundo cerraría sus ojos para siempre Manuel Rodríguez "Manolete". Y en Linares se inauguró el Museo Raphael, donde están encerrados muchos de sus objetos personales, trofeos, carteles, recortes de prensa, trajes...Tenemos Raphael para rato. Se le adjudica el adjetivo de incombustible. Tres generaciones, entre abuelas, madres e hijas, tal vez hay que agregar a las nietas, continúan aplaudiendo a un cantante de extraordinaria voz, y gran personalidad. Al que no se le puede discutir el mérito de que mantenga su profesión nada menos que desde hace sesenta y dos años.

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