
Tamara Falcó aprovecha su momento estelar en los medios para ocupar la portada de la prestigiosa Harper’s Bazaar. La marquesa de Griñón, que recientemente anunció su regreso a los brazos de Íñigo Onieva, ocupa el número de febrero de la revista, dedicado al poder transformador de las mariposas. Y, tal y como dicen desde la misma publicación, qué "mayor transformación que la vivida por Tamara Falcó en los últimos meses".
Tamara realiza declaraciones en las que asegura haber renacido y cambiado. "La confianza en la otra persona y la honestidad son los cimientos de todo. Pero no hay vida sin cruces, y si hago examen de conciencia veo que todo lo he hecho desde la verdad… Para mí es la única forma de amar posible", asegura.
Desvela también cómo se fraguó el nuevo encuentro el pasado 31 de diciembre. "‘Tamara, me vas a volver loco… ¡Que son los cuartos!' Y yo lloraba. Fue bastante bonito. Íñigo tenía invitados en casa, había venido su hermana y un amigo, pero tras las doce campanadas, cogió su moto y se vino a casa de mi madre".
La marquesa y colaboradora de El Hormiguero ha vivido meses tempestuosos, también en lo familiar con la ruptura de su madre con Mario Vargas Llosa. Pero, asegura, ha sido la propia Isabel Preysler la que ha jugado un papel clave en toda su historia: Mami me dijo: ‘Te lo puede volver a hacer, ¿sabes? Pero, claro, ella habla por sus experiencias. Yo también le pregunté: ‘¿Tú a tío Julio le diste una oportunidad? Tajantemente me dijo que no".
"Claro que me da pena la ruptura de Mario con mami… Él siempre ha sido muy amable y cariñoso con nosotras, pero la decisión es de mi madre y de él. A ella, la veo en paz y serena", dijo sobre la muy mediática ruptura de la socialicé y el escritor.
Es más, asegura sin vergüenza que tiene "esperanza" en la relación y que de hecho "Allá que voy, allá que voy… Me veo pasando por el altar en 2023 y he estado pensando que solo tengo seis meses para el vestido de novia", dijo entre risas.

