
El proceso creativo es, de momento, libre, y los autores se deben a una única censura: la que se ponen ellos mismos. Es lo que ha hecho la cantante Shakira en su última canción, la polémica Sesión 53 que ha causado tanto revuelo debido a sus mensajes dirigidos directamente (o clara-mente) a su ex, Gerard Piqué o a la novia de éste, Clara Chía.
Ha sido Keityn, el compositor que ha trabajado mano a mano con Shakira y Bizarrap en la composición de la "Sesión 53" que tanta repercusión, el que ha explicado que la canción en cuestión era todavía más dura en su versión inicial. Lo ha contado en una entrevista al youtuber que posee el Canal Molusco TV, famoso por sus entrevistas a artistas del momento como Daddy Yankee o Bad Bunny.
"Quitamos cosas fuertes. Cambiamos partes porque luego podían pasar cosas... cambiamos los versos varias veces. Tuvimos que cambiarla para ser más meticulosos. Estábamos buscando el punto exacto, sin pasarnos, pero tampoco sonar suave", ha reconocido Keityn, que se ha convertido últimamente en algo así como un "piquetólogo", ya que también ha participado en la composición de Monotonía y Te felicito, los otros dos temas en los que la intérprete colombiana se despacha a gusto contra su ex.
La letra no ha sido corregida por los abogados de la cantante
Sin embargo, según ha sabido Es La Mañana de Federico, la canción de Shakira no ha pasado por ningún despacho de abogados para ser sometida al análisis de sus estrofas por si pudieran ser constitutivas de delito. La letra del tema ha salido de la cantante y sus coautores, pero ningún letrado ha revisado su semántica con el Código Penal en la mano.
"Ella es una artista y compositora, y por tanto nadie entra ni ha entrado nunca a asesorar u opinar sobre el contenido de sus letras", relatan fuentes cercanas a la artista colombiana. Es de suponer, por tanto, que la única censura a la que somete Shakira sus canciones es a la propia.
