
Las consecuencias tras la ruptura como pareja de Shakira y Gerard Piqué no se han hecho esperar. De tipo familiar y económico. Pero a ella, dejando a un lado el motivo por el que el jugador de fútbol se ha ido con otra, no le ha venido mal para su cotización como cantante. La pandemia y otras vicisitudes en su salud como asimismo descenso de contratos, la habían afectado artísticamente. Mas, tras la grabación de unas piezas musicales "cantándole las verdades al lucero del alba" (léase Piqué) le han supuesto ingresar dinerito fresco en sus cuentas corrientes, calculándose que, gracias a la divulgación de aquellas a través de las plataformas de "streaming" y YouTube, cada minuto se embolsa veinte euros. Se estima que desde que se hicieron públicas, la colombiana ha percibido treinta millones de dólares.
El terremoto en los ambientes musicales, deportivos y sociales causado tras finalizar la pareja su convivencia se convirtió luego en la venganza de la diva contra su ex al dar a conocer unos temas donde lo ponía como hoja de perejil, aunque de manera sibilina algunos, con dosis irónicas, sarcásticas, pasajes donde podía identificarse al propio futbolista, a su madre, a su actual ligue, Clara Chía… Y ello ha producido sin duda regocijo para los incondicionales de la intérprete colombiana.
Gerard Piqué y Shakira Mebarak tienen que resolver legalmente sus derechos sobre los dos hijos que tienen, Sasha y Milan. Y si hay de por medio un patrimonio, inmobiliario o en euros, que hayan que dilucidar. Dejando aparte los problemas que ella tenga que resolver con el contencioso pendiente con Hacienda, Shakira espera poder marcharse de Barcelona, donde ha seguido viviendo, hasta definitivamente radicarse en Miami. El porqué no lo haya hecho ya (se cree que el viaje lo emprenderá a partir del próximo 1 de abril) se debe a la gravedad del estado de su padre, William Mebarak, neoyorquino de origen libanés, cuya salud preocupa a la cantante. No obstante, aprovechando unas vacaciones escolares que sus chicos, se fue con ellos a Nueva York.
En el entorno de Piqué, que se ha paseado ante los reporteros gráficos con su amorcito (Clara Chía cumplirá el próximo mes veinticuatro años), han escocido a sus familiares esas canciones donde se les vitupera muy finamente: "Te felicito", "Monotonía", "Sesión 53", "TOG", en colaboración con Bizarrap y la última junto a Karol G. En expresión de moda, "se han hecho virales en las redes sociales". Un empujón importante para la próxima gira musical que emprenda Shakira.
Su corazón, por el momento, está tranquilo. Nada de emparejarse en seguida con el primero que quiera conquistarla. Ya ha tenido algunas varias experiencias para tener la mente lúcida antes de emprender otra aventura sentimental. Por cierto, compartió un romance breve con un cantante puertorriqueño, Osvaldo Ríos, a quien se relacionó un tiempo con Isabel Pantoja: si hubo roce o no ésta no lo ha ratificado nunca. Shakira, sí. Pero quien fue su amor más duradero fue el hijo de un presidente argentino, Antonio de la Rúa, con quien estuvo casada desde 2000 a 2010. Ese último año es cuando ella se enamoró de Gerard Piqué, en Sudáfrica, iniciando su idilio que acabó siendo unión sin papeles de por medio hasta el pasado 2022. No se sabe quién de los dos no quería casarse, o tal vez en eso estaban ambos de acuerdo.
El pasado de Shakira tiene también algunos flecos no muy conocidos. Nació en Barranquilla, esa bonita ciudad colombiana que, en la postguerra española, se mencionaba en una canción que la censura acabó por prohibir que se radiara: "Se va el caimán". El estribillo: "Se va el caimán, se va el caimán / se va para Barranquilla, se va el caimán...". ¿Razones de la prohibición? Oficialmente, ninguna. Pero alguien del Régimen franquista pensaba que allí, subrepticiamente, se aludía al Caudillo. Mente vidriosa de aquel tonto de la censura.
Pues, bien: la barranquillera Shakira grabó su primer disco a los catorce años. Era el año 1991. Se vendieron sólo mil copias. El segundo, no le fue mejor. Pensó tras esos fracasos probar como actriz en una serie. Entonces llevaba sus cabellos morenos. Y participó en su único trabajo como tal en El oásis. Subtitulada Una historia de pecado muy original. El argumento era para llorar. O reir, según la disposición de cada telespectador. Shakira era Luisa María, hija de un terrateniente arruinado, que respondía al nombre de... Severo Rico. Pero es que si ese apelativo ya producía una carcajada, lo superaba el de un amante de aquélla: Salmón Perdigón. Sin duda, los guionistas de aquel engendro televisivo, eran unos cachondos mentales de cuidado. Este amor de ficción de Shakira era hijo de un enemigo acérrimo del padre de ella. Las disensiones entre ambas familias, cual Capuletos y Montescos contemporáneos, estaban servidas.
El Oásis, un culebrón infumable, emitido por cierto canal colombiano que dejó de emitir en el año 2000. Cuando Shakira ya era una estrella del pop, quiso ésta hacerse con los derechos de esa serie. No nos parece que lograra su objetivo: lo cierto es que los curiosos que ahora deseen contemplar los capítulos de El Oásis podrán pasar un entretenido rato si recurren a YouTube. El anuncio con el que se promocionaba la serie no tenía desperdicio: "La prostituta es la líder del pueblo y los jóvenes que se aman con pasión… ¡descubren que son hermanos!" Para salir corriendo… No se pierdan semejante historia cualquier día que estén deprimidos. Con razón Shakira quiera borrar de su memoria tan espantoso serial. Cuando todavía no había alcanzado la popularidad que desde hace tiempo disfruta.



