
Ana Obregón y su nieta Ana Sandra ya están en España. Casi tres meses después de viajar a Miami para asistir al nacimiento de la hija de Álex Lequio, concebida por gestación subrogada, la actriz ha vuelto a nuestro país este miércoles visiblemente feliz y con la pequeña en brazos. Un regreso del que no todo su entorno estaba al tanto: mientras que los hermanos de la bióloga eran conocedores de su vuelta, otros, como Alessandro Lequio, abuelo de Ana Sandra, "no tenía ni idea".
Así lo ha contado él mismo durante su intervención este miércoles en El programa de Ana Rosa: "No tenía la fecha marcada en la agenda. No tenía ni idea. Pero muy bienvenida". A pesar de la ilusión que le hace que niña ya esté en nuestro país, se ha negado a responder si tiene intención de conocerla: "Sobre este tema no quiero hablar. No quiero hablar de temas relacionados con mi hijo".

De esta forma, Lequio vuelve a esquivar el tema de su nieta, al igual que lleva haciendo desde que saltó a la luz la noticia. Aunque no ha ocultado la alegría que supone la llegada de su nieta a este mundo, el conde no ha entendido el proceder de Ana Obregón con respecto a este tema. Lequio era consciente de que exponer demasiado este tema en los medios, sumado al debate político en torno a la gestación subrogada, sería traer a la actualidad a su hija fallecido. Una situación muy dolorosa para su padre.
La llegada de Ana
A pesar de que se especuló con que la bióloga esperaría a que la pequeña tuviese tres meses para volver a casa, sus compromisos profesionales la han obligado a adelantar su viaje y este miércoles, en torno a las 8 de la mañana, aterrizaba en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid Barajas con la hija de Álex en brazos.
A pesar de la enorme expectación y del debate sin precedentes que generó la decisión de Ana de recurrir a la gestación subrogada a sus 68 años para cumplir la última voluntad de su hijo y traer al mundo a una niña concebida con muestras de esperma congeladas del joven, la actriz no ha dudado en confesar que volvería a hacerlo otra vez, ya que Ana Sandra le ha devuelto la sonrisa y las ganas de vivir.

