
Rocío Flores, alejada de la televisión desde que entró a formar parte de la lista de famosos "vetados" por la nueva Mediaset, ha conseguido descansar desde entonces, tal y como ella misma reconoce."Psicológicamente me ha venido estupendamente y tengo muchísima paz interior al levantarme y ver que no van a hablar de mí en la tele", ha asegurado al respecto de este retiro mediático.
No obstante, estos días ha tenido que soportar de nuevo las críticas desde redes sociales de Marta Riesco, ex de su padre, que ha decidido declarar la guerra a todos sus enemigos y críticos en un intento de no caer en el olvido.
Ha sido en el Golden Nail Congress, en el que Rocío Flores ejerció como presentadora en Madrid, donde la hija de Antonio David ha roto su silencio sobre Marta Riesco pero también sobre el homenaje a su abuelo, Pedro Carrasco, al que acudieron su madre y Fidel Albiac, y al que ella no estuvo invitada. Muy sincera, Rocío hizo de la tranquilidad bandera a la vez que se mostró rotundamente clara con esas personas.
En primer lugar, contra Riesco, que ha vuelto a acusarla de ser la responsable de la ruptura con Antonio David Flores. "Si yo rompo mi relación no voy a echar culpas a terceras personas. Creo que todos somos adultos, sabemos lo que hacemos en cada momento. No voy a entrar en el juego que Marta quiere" ha asegurado tajante, afirmando que "no voy a entrar en alimentar algo que me parece lamentable y vergonzoso".
Rocío asegura tener otros asuntos mejores que atender: "Mi prioridad ahora mismo es mi padre y mi hermano" ha añadido, dejando claro que "no tengo nada que ocultar y me da exactamente igual lo que haya dicho". "Tampoco voy a permitir que nadie me arruine la noche ni me quite más mi paz y mi energía, que ya me han quitado bastante".
Homenaje a su abuelo
Respecto al homenaje a Pedro Carrasco en su localidad natal de Olosna, en Huelva, al que acudió Rocío Carrasco y su marido, Rocío reconoció no haber sido informada del evento por su madre: "No me han invitado, pero me hubiese gustado ir. ¿Por qué no? Pero tampoco voy a ir a un sitio donde no me quieren, puedo ir perfectamente cualquier otro día. Veinte mil veces he ido a visitar la tumba de mi abuela sin que haya prensa, sin que haya nadie. Nunca me ha hecho falta una cámara para ir a mi abuela" asegura, en un nuevo dardo a su madre.
Y es que, en definitiva, "o tienen que estar mi madre y Fidel para que yo vaya", reconociendo además que si estuviesen ellos "probablemente no iría". "No por pudor, sino porque no voy a ir a un sitio donde no me quieren, aunque mi abuelo me quería y yo a él" afirma.
Aunque pueda parecer una contradicción desvela que "no tiro la toalla" en cuanto a recuperar contacto con su madre, albergando todavía esperanzas de reconciliarse. "¿Ya que te voy a decir? Después de estos dos años, ¿Qué te voy a decir? Que pase el tiempo no me va a curar las heridas. Lo puedo ver un poco más lejano pero lo que he sufrido, para mí se queda" admite, sobre todo porque "no perdonar es no avanzar". "El tener odio a alguien, el tener rencor, es no avanzar en la vida. Yo quiero seguir creciendo emocionalmente y quiero evolucionar y quiero avanzar. A día de hoy es muy complicado olvidar, pero en un futuro el tiempo dirá", ha añadido.


