
Los rumores de crisis entre Sergio Ramos y Pilar Rubio se incrementaron no hace muchas semanas, ante lo cuál la pareja, por separado, dio a entender que todo ello es un infundio. "Te quiero", escribió él. Celebraron su cuarto aniversario de boda el pasado 15 de junio. Y luego se fueron a Nueva York a celebrarlo. No hay, por el momento, nubes en su matrimonio. Lo que sí puede ser un problema es el futuro profesional del futbolista. Tras acabar su contrato con el P.S.G. de París, medita ahora si irse o no a un equipo de Arabia Saudí, donde tantos veteranos han ido a parar en su ocaso deportivo, simplemente por las ofertas millonarias que desde allí reciben. Cierto que Sergio Ramos preferiría acabar su carrera en el Sevilla, club en el que comenzó a militar en Primera División allá por 2003, durante un par de años, desde donde aterrizó en el estadio Santiago Bernabéu. Porque es de esa provincia. Mas el presidente sevillista no ha considerado por ahora recobrarlo para sus huestes.
Si al final, Ramos firma para jugar en Arabia Saudí, dará un disgusto tremendo a su esposa, quien se niega en principio a acompañarlo con sus hijos. Ya "tragó" con asentarse con ellos en París, mas al fin y al cabo estaba a hora y media en avión y podía cumplir con sus apariciones en "El hormiguero" y otros contratos publicitarios o como modelo.

Sergio se arrepiente ahora de haber dejado al Real Madrid y firmar dos temporadas con el París Saint Germain. Primero porque llevado por su ambición económica no aceptó cuanto le ofrecía Florentino Pérez. Y cuando reculó y volvió a su despacho, el Presidente blanco le dijo que ya era tarde. Y se marchó a la capital francesa, donde cobró por temporada un buen "pico", exactamente once millones setecientos mil euros, si mi investigación no me traiciona.
Luego, su fichaje resultó un fiasco para el club galo que mantiene un multimillonario árabe: se volvió a lesionar y al final su estancia allí fue más bien decepcionante. "No sé si hice lo correcto – reflexiona ahora con serenidad -, todo me salió mal. Primero, tienes que encontrar un hogar, asentarte, en nuestro caso con cuatro hijos. El proceso fue duro". Le cegó su ansia por ganar más que en el Madrid. Y lo ha pagado, si no caro, con su inestabilidad emocional, el equilibrio que antes tenía viviendo con su familia en Madrid. "Cuando me retire – ha pronosticado, finalmente – quiero dedicarme más a mis hijos, llevarlos de vacaciones, estar con ellos el tiempo que no lo he hecho mientras iban creciendo". Sabio razonamiento.
Que Pilar Rubio insiste y está segura de que no irá a Arabia Saudí si Sergio se va a allí, lo prueba el que haya firmado hace unos días un contrato para presentar en Televisión Española un programa de entretenimiento que se emitirá en la inmediata temporada, ya siendo otoño probablemente: "Make Up Stars". La cosa va de búsqueda de los mejores maquilladores de España. Desde los estudios de San Cugat del Vallés (Barcelona). Lo que nos lleva a decir que ya no pisará los estudios de la productora que emite "El Hormiguero" para Antena 3, donde Pilar cobraba una "pasta", aunque se obligaba a viajar casi todas las semanas desde París, donde ya se había familiarizado con los desfiles de moda. Ella siempre se ha preocupado por lucir tipazo y ropa de ultimísima hora.
Para ocuparse de sus hijos ha tenido que repartir su tiempo, pero relegando ocupaciones hogareñas en gente a su servicio. Ella misma dice: "Yo no puedo estar todo el día en casa ocupándome de ellos, quienes se dan cuenta que yo he de estar muy activa fuera de ella".
Efectivamente, el carácter de Pilar Rubio, bellísima mujer de hermosos, brillantes ojos azules y un metro setenta y dos centímetros de estatura, ha sido siempre el de emprendedora. Su ambición ya le viene del pasado. Nacida en Torrejón de Ardoz (Madrid) hace cuarenta y cinco años, comenzó a estudiar Ciencias Económicas en la Universidad de Alcalá de Henares, que no concluyó pues se cruzó su deseo de trabajar como modelo, luego de reportera en televisión, dándose a conocer en la Sexta entre los años 2006 y 2009. Fue presentadora de programas diversos en varias cadenas; no siempre con fortuna, pues algunos dejaron de emitirse por su baja audiencia, resultado de lo cuál fue que a Pilar Rubio le endosaran un adjetivo: el de gafe.

No fue su vida profesional fácil, desde luego. Se había independizado de su familia a la edad de veinticuatro años cuando se vino a Madrid, ocupando un modestísimo piso en el barrio de Tetuán. Ahora que casi dobla esa edad, es millonaria.
Mantuvo amores durante una decena de años con un cantante llamado José Molinero (Molly), vocalista de la banda de rock Hamlet. En ese periodo de búsqueda de trabajo para destacar como modelo, actriz o presentadora de televisión aceptó posar en "top less", imágenes aparecidas en la revista "Tiempo", para ilustrar un reportaje sobre la censura. Aquellas fotografías consentidas, fueron después otra vez impresas en el semanario "Interviú", de la misma empresa editora. Eso sucedía en 2012, precisamente cuando iniciaba su relación sentimental con Sergio Ramos. A éste, era evidente que la publicación de aquellas fotografías eróticas no le gustaron un pelo. Le podían perjudicar en su entorno, la carrera con el Real Madrid por la reacción de la directiva y del propio público. Pilar resolvió el asunto tratando de demandar a "Interviú". Por medio estaba el contrato anterior con "Tiempo". Así es que debieron llegar a un acuerdo amistoso y todo se cerró. Pero las fotografías siguen ahí, en los archivos.
Las apasionadas relaciones entre Pilar y Sergio tuvieron su fruto en 2014, con el nacimiento del primer hijo, al que impusieron el mismo nombre del padre. Al año siguiente vino al mundo Marco. En 2017, el tercero, Alejandro. Y el 15 de junio de 2019 Sergio Ramos y Pilar Rubio celebraban su enlace nada menos que en la Catedral de Sevilla, lo que no está al alcance de cualquiera, celebrando la rumbosa boda en la finca del futbolista "La Alegría", situada a veinticinco kilómetros de la capital. Al año siguiente tuvieron su hasta ahora cuarto y último retoño, Adriano. Pilar hubiera querido tener una niña, pero no hace mucho que, de momento, ha dicho ¡basta! Y ya no quiere quedarse embarazada más veces.

Sergio Ramos siempre ha estado enamorado de Pilar: se hizo tatuar el nombre de su mujer en su mano derecha. Tiene treinta y siete años, ocho menos que ella. Natural de Camas, Sevilla, cuna de grandes toreros como Paco Camino y Curro Romero. Los aficionados al fútbol recordarán que en partidos internacionales (también lo hacía su compañero Raúl), Sergio tomaba un capote y daba unas verónicas en el estadio. En el equipo merengue militó entre 2005 y 2021; su salida, ya la contamos, no fue precisamente airosa. Fue durante dieciocho temporadas internacional. En el puesto de defensa central era insustituible, aunque tuvo errores descomunales, como en aquel encuentro con la Selección nacional fallando dos penaltis. Pero también bajaba desde su posición marcando espectaculares goles de cabeza. En cualquier caso, un "crack".
Fue sin duda, en su época de esplendor, un jugador afamado en toda España. De furia, amor propio. La popularidad le deparó la admiración de muchas mujeres. Y con algunas de ellas, muy conocidas, mantuvo roces amatorios, a saber: Lara Álvarez, Blanca Romero, Amaia Salamanca… Para acabar en brazos de Pilar Rubio, su gran y creemos definitivo amor, pese a esos rumores de crisis que al final, siempre ha sido bulos, o quizás, simples discusiones. Porque se siguen queriendo, y tienen cuatro hijos a los que adoran.

