Se recrudece la guerra entre Elena Tablada y su ex, Javier Ungría, en un juicio que debió haber concluido el pasado verano pero se prolonga por la falta de acuerdo en la custodia de su hija en común, Camila.
La diseñadora ha realizado, tal y como publica la revista Semana, un último movimiento en esta guerra que podría dar un giro a la batalla judicial que mantiene con Ungría.
Tablada, que tiene otra hija de su relación con Bisbal, Ella, contrató el pasado verano un detective privado para seguir los pasos de su ex, ha logrado que se posponga el juicio nuevamente.
Tal y como explicaron en Fiesta, de Emma García, "ella ha visto algo y por eso ha mandado esas pruebas". En medio de este juicio de enorme e inesperada tensión, se trata de unas pruebas médicas a Javier Ungría qu han salido desfavorables para él. Unas pruebas que el empresario trató de anular pero el juez desestimó en su recurso.
¿Qué trata de probar Elena Tablada sobre el hombre con el que estuvo cuatro años casada? "Elena está tratando de probar, ya lo hizo cuando contrató un detective, el dudoso estilo de vida de Javier para ver con quién puede estar la niña más tiempo. Ella ha visto algo y por eso ha mandado esas pruebas para Javier". No se extendieron, sin embargo, en la naturaleza de ese "algo".
El desacuerdo de la pareja se refiere a la manutención de la hija, de la que él no quiere hacerse cargo económicamente desde hace año y medio.
Ungría, mientras tanto, ha asegurado a los reporteros de Europa Press que Elena Tablada juega a la "desinformación". Una táctica a la que lamentablemente está "acostumbrado, pero una niña de tres años y medio no tiene po qué escuchar y leer estas cosas en el futuro".
Asegura también que no desea separar a su hija de su madre sino simplemente la "custodia compartida". Javier, eso sí, extiende rumores sobre la mala situación económica de Elena Tablada: "Yo no se sus cuentas pero seguro que encuentra trabajo. Todo el que quiere trabajar, trabaja".