Las informaciones sobre Isabel Pantoja no dejan de sucederse. A las revelaciones sobre la venta de su piso de Sevilla donde vive su hermano Juan -y los posibles disgustos familiares que conllevaría- y sobradamente conocido acoso del fisco, se añade el constante acoso mediático que ha llegado a causar gran angustia a la tonadillera.
Según el programa Fiesta, la situación es tal que Pantoja teme a sus propios empleados. No solo por los posibles "chivatos" dentro de su equipo, sino también porque un ocasional despido podría provocar una nueva ola de noticias sobre ella.
Paralizada por este temor, Pantoja apenas tiene margen de maniobra. Hasta el punto que los recientes rumores de su ruptura con el equipo de maquillaje y peluquería que tiene contratado se han convertido en nuevo objeto de debate. ¿Quiere tomar acciones contra ellos Isabel Pantoja, pero no se atreve a hacerlo por temor a filtraciones?
Pantoja está cansada y agotada del contante descrédito que viene incluso dentro del seno de su familia. Su hijo Kiko dejó de hablarla definitivamente tras una visita al hospital por el ictus que sufrió hace un año, y Chabelita se casó con su novio sin que su madre estuviera en la boda. La joven prefirió invitar al equipo de La Fábrica de la Tele, la productora responsable de La herencia envenenada, antes que insistir en que su madre se sintiera a gusto en el evento.
Alexia Rivas, colaboradora de Fiesta, insiste en que Pantoja vive en esta situación de, poco menos, pura paranoia. Isabel, finalmente, no ha prescindido de su equipo de imagen, pero no lo ha hecho por estos factores señalados.
No despide a sus trabajadores por miedo a lo que puedan contar, por miedo a que se sienten en un plató", dijo, señalando el daño que le han hecho sus hijos.
Mientras, Pantoja se encuentra inmersa en la posible venta de propiedades para saldar definitivamente sus problemas con Hacienda. Toca el turno de hablar de su gran piso de Sevilla, aquel en el que vivió con Paquirri y acogió a su fallecida madre, Doña Ana.
El domicilio es un cómodo piso situado en el centro de Sevilla, con cinco dormitorios, tres baños y 200 metros cuadrados. Está valorado en unos 600.000 euros. Pantoja lo compró en el año 1984, cuando su posición económica y familiar era bien distinta, y ahora mismo está habitado por su hermano Juan, consciente de que quizá deba abandonarlo por la llegada de Hacienda.