
Joaquín Torres se encuentra ingresado en el hospital Gregorio Marañón de Madrid desde el pasado 4 diciembre tras ser arrollado por un coche cuando circulaba con su motocicleta por la calle Alcántara. El vehículo salió de un garaje sin mirar y atropelló al arquitecto dejándole la pelvis rota por varios sitios, además del antebrazo, y con lesiones en hígado y pulmones.
El pasado martes se sometió a una compleja operación de ocho horas de que la que ya se está recuperando favorablemente, tal y como él mismo ha contado a sus seguidores desde la cama del hospital. "Estoy bien. Agradecer desde lo más profundo de mi corazón a la sanidad pública en general. Me he emociona muchísimo hablar de esto porque he comprobado lo injustos que somos con este sector", confiesa, dando las gracias a los doctores, enfermeras y personal del centro que le está atendiendo.
"Vuestro apoyo y vuestros mensajes me han servido muchísimo. Miles y miles de mensajes que leo y que me emocionan. Espero estéis todos bien y os mando un beso a todos", sentencia y se disculpa por no poder responder a los comentarios que le llegan cada día por Instagram para interesarse por su estado de salud. A su lado se encuentra su inseparable marido Raúl Prieto, con el que se casó el pasado mes de mayo.
El accidente se produjo varias semanas después de que decidiera centrarse en su trabajo como arquitecto y dejar de lado la televisión por un encontronazo en Espejo Público. "Si el nuevo rumbo de la dirección de Alberto Díaz [exdirector de Sálvame] es reproducir la dirección de su antiguo programa y crear espectáculo a través del conflicto de sus colaboradores, va a ser que conmigo no. Ellos juegan con el poder que les da una cámara. Ellos juegan con la audiencia y se han olvidado de lo que es la verdad. Buscan espectáculo a costa de todo y de todos. Mi más profundo rechazo a este tipo de televisión", dijo en un comunicado.


