
Gabriela Guillén, la mujer más buscada por la prensa de los últimos meses, se ha sentado en el plató de De viernes para aclarar todas las dudas de su relación con Bertín Osborne, su embarazo y posterior ruptura. "Juzgada y criticada", así asegura sentirse la paraguaya, quien ha tenido que hacer frente a las dudas sobre la paternidad de su hijo, así como de sus verdaderas intenciones en su relación con el artista, con quién no tiene contacto desde el pasado 23 de diciembre, una semana antes del nacimiento del pequeño.
"No le he escrito, ni él a mi", ha confirmado, asegurando que no ha hablado con Bertín después de dar a luz: "No tengo ningún contacto con él, no ha visto fotos de mi bebé. La última vez que hablamos fue el 23, una semana antes del nacimiento. Fue una conversación dura por que le reclamé una serie de cosas y me dijo que pronto se iba a aclarar todo. Le pedí hablar en persona y me dijo que no podía y no quería hablar".
Confiesa haberse sentido "sola" durante el embarazo, pero no ahora: "Tengo a mi hijo y es suficiente". No obstante, reconoce que tenía la esperanza de tener noticias de Bertín después del parto: "Tenía la esperanza que la persona que yo conocí volviese y preguntarse sobre su hijo, es una vida. Hoy en día ya no me duele, después de lo que ha salido ya no puede ir a más".
Así empezó su relación
Gabriela ha recordado los comienzos de su relación, confirmando que se conocieron antes de la famosa sesión de fotos para una conocida firma de moda de nuestro país: "Nuestra relación empieza mucho antes de hacer la campaña de ropa. Fue en un evento antes y ahí empezamos a conocernos. Surgieron cosas al tiempo. Me conquistó con sus bromas, él sabe cómo conquistar y me pareció una persona sencilla, amable, cercana y poco a poco fue surgiendo. No fue 'a saco'. No me gustó al principio ,de hecho yo le decía: 'Tú eres el último hombre en el que me fijaría por cómo era con la chicas'.

Recuerda con cariño esos primeros meses de relación, e incluso llegó a sentirse "la señora de la casa" cuando visitaba la finca que Bertín tiene en Sevilla: "Empezó muy poco a poco, no te puedo decir los meses exactos porque no teníamos expectativas. En verano del año pasado ya estábamos juntos. Él no me decía que estaba enamorado, me decía que me quería. (…) En el campo era la señora de la casa, su pareja. Él decía: 'Mi chica'".
Unas reuniones familiares en las que llegó a coincidir con las hijas de que consideraba su novio: "Su hija Gabriela ha estado muchas veces con nosotros. Las reuniones con su hija eran buenas y me sentía integrada".
Los conflictos comenzaron cuando la relación se hizo pública: "Salir en una revista fue desagradable. Pero él me había advertido". Todo estalló entre ellos cuando Gabriela le comunica que está embarazada (en el mes de abril): "Cambió su forma de ser. Es cuando me da dos opciones: 'O decides tenerlo, en todo caso voy a estar ahí y voy a apoyarte, y sino lo tienes seguimos con la relación, nuestros planes y nuestros viajes'. Me anima a que no lo tenga. Yo le dije el nombre que había pensado para el bebé y pegó en la ventana del coche, se puso violento y me dio hasta miedo. Ahí se torció todo y se rompió la relación".
Ella decide seguir adelante con el embarazo, y aunque entiende las reticencias previas de Bertín, cree que tiene que ser "responsable de sus actos": "Yo le digo que si él no lo quiere tener, le dije que lo sacaría adelante yo sola. Yo puedo entender que no quiera ser padre y tener que planificar a los 70 años de una paternidad. Te tienes que hacer responsable de tus actos (...) No puedes poner esas opciones a una mujer. Los dos somos responsables. Los dos lo hemos hecho".
Antes de que saltase la noticias a los medios y "para evitar que fuese tan chocante o brusco", Bertín le ofreció marcharse a Paraguay y tener allí a su bebé: "Yo me negué, mi casa está en Madrid. Me dijo que necesitaba tiempo para contarlo a su familia y no hacer de esto un show. Lo tomé de esa manera, en ningún momento pensé que quisiera ocultarme o esconderme".
Hubo ‘otras’ transferencias
Menos concreta se ha mostrado al hablar sobre el momento exacto en el que su relación terminó. Aunque durante meses se ha asegurado que ya no estaban juntos durante la fiesta de ‘El turronero’, Gabriela asegura que pasó la noche en casa de Bertín. Además, ha terminado confesando que a lo largo de su relación existieron varias transferencias de dinero, no solo las dos que hasta ahora se habían publicado.
"No me ha ofrecido pagarme por mi silencio. Voluntariamente se ofreció a ayudarme con 2 transferencias. Hasta que salió diciendo en un programa diciendo que había pedido la prueba de paternidad y decidí cortar con esas ayudas. Fueron para pagar el alquiler y los gastos (…) Con motivo del embarazo han sido solo dos. Digo que no me ayude más en septiembre, cuando sale lo de la prueba de embarazo. Antes hubo otras transferencias porque me regaló un vestido de flamenco de sevillana para la Feria de abril y otro vestido que llevé a la fiesta de 'el Turronero'", explicó sobre el dinero que habría recibido de Bertín.
Ahora solo mantienen contacto a través de un abogado, Fernando Cantalapiedra, y fue a él a quién comunicó su deseo de no recibir más dinero del artista.

