Bertín Osborne está pasando por un momento profesional complicado después de la polémica por el concierto que ofreció el pasado 13 de junio en la localidad madrileña de San Agustín de Guadalix. Un recital que se vio obligado a suspender tras apenas 15 minutos sobre el escenario por, según él, problemas técnicos como la iluminación o el sonido que le impedían dar un espectáculo en condiciones.
Las malas lenguas hablan de que el verdadero motivo de la cancelación fue la escasa asistencia de público, aunque la empresa organizadora, Music Nights, dio la cara por el cantante a golpe de comunicado: "Se intentaron solucionar los problemas de sonido e iluminación que la empresa que había contratado nuestra organización fue incapaz de solucionar. Con el público sentado, a las 22:00 horas de la noche, aún no se había podido realizar ni siquiera la prueba de sonido. Las luces nunca se pudieron encender en el escenario, a pesar de cambiar hasta tres veces de mesa de iluminación".
También desmintieron que la plaza de toros estuviera vacía, ya que a pesar de ser un espectáculo modesto, según la organización "absolutamente todas las mesas del ruedo estaban llenas de público que había pagado la cena y había mucha gente en los tendidos". Tanto es así, que "la decisión de suspender el show fue de la empresa organizadora, que está en trámites de demandar a la empresa subcontratada y causante de este desastre en el que el señor Osborne no tuvo nada que ver", sentenció la empresa.
Ahora se conoce que Bertín ha tomado la decisión de suspender los conciertos que tenía programados para este verano y con los que quería volver a conectar con el público tras un año marcado por los escándalos en su vida personal. El cantante figura en el cartel de conciertos por la Gran Feria de julio de Valencia que se realizarán en los Jardines de Viveros y según trascendió, solo se habría vendido el 8% de las 2000 entradas que se pusieron a la venta. A día de hoy todavía es posible comprobar que pese a no haber agotado, buena parte de las localidades aparecen como ocupadas.
Según desveló Paloma García Pelayo en Y ahora Sonsoles antes de confirmarse la cancelación, todo se debe a que no se encuentra bien y tiene un problema de voz. "Estoy preocupado porque vuelvo a sentirme raro", reconoció el artista, que arrastra las secuelas del covid19 por el que estuvo un buen tiempo alejado del foco mediático. Un portavoz de la empresa Contra-tame confirma que la suspensión del concierto se debe a "un problema post-covid que afecta a todos sus compromisos posteriores".