El pasado lunes, coincidiendo con su 24 cumpleaños, Victoria Federica dio el paso definitivo para convertirse en personaje mediático concediendo su primera entrevista en televisión. Dejando a un lado la timidez (y bordería) de la que hace gala en los eventos publicitarios, la hija de la infanta Elena visitó El Hormiguero y mostró su lado más cercano en una charla con Pablo Motos en la que pudimos ver, a su manera, cómo es en las distancias cortas.
Muchos se preguntan si Felipe VI y doña Letizia vieron el debut de su sobrina en un plató de televisión y según Monarquía Confidencial, los monarcas siguieron atentamente la entrevista de Victoria, así como el equipo de Zarzuela. Cuenta el citado medio que sus declaraciones sobre los guardaespaldas no sentaron demasiado bien.
Aunque no entró en cuestiones íntimas ni contó nada sobre la Familia Real -probablemente pactado con el programa-, sí reveló que cuando era adolescente se sintió "agobiada" por el hecho de que "dos guardaespaldas -escoltas de la Policía Nacional que garantizan la seguridad de los miembros de la realeza- estuviesen detrás de mí todo el día desde el minuto uno que nací".
Entre risas, la nieta del rey Juan Carlos aseguró que en la actualidad "los adoro" e incluso mantiene contacto con algunos de ellos y les saluda cariñosamente cuando se encuentran en la calle. "A veces intentamos vernos cuando me los encuentro por ahí en otros servicios suyos. Me hace tanta ilusión que les abrazo. Y ellos en plan 'quita, quita, que estoy trabajando'", relató entre risas.
Unas declaraciones que no fueron bien vistas en Zarzuela según fuentes cercanas porque "no se ajustan a la realidad". "Los guardaespaldas cumplen su función, pero ni son niñeras ni tienen que aguantar desprecios como ha ocurrido más de una vez [en el pasado]. El trabajo de protección con los hijos de la infanta Elena ha sido complicado y los agentes se han sentido incómodos" en varias ocasiones, asegura dicha fuente a Monarquía Confidencial, deslizando que la entrevista de Victoria no se ajustaría del todo a la realidad y esa relación no es ni mucho menos buena.