Ante un público entregado en el Teatro Campoamor, Serrat expresó su preocupación por el estado actual del mundo, afirmando: "No me gusta ser testigo de atrocidades sin unánimes y contundentes respuestas".
El artista, reconocido no solo por su trayectoria musical, sino también por su compromiso social y político, utilizó la plataforma del prestigioso evento para instar a la sociedad a actuar con responsabilidad y solidaridad ante las injusticias que se viven a nivel global. Su mensaje resonó profundamente en un contexto donde la lucha por los derechos humanos y la paz es más relevante que nunca.
La intervención de Serrat, que fue recibida con una fuerte ovación, subrayó la importancia de la voz del artista como agente de cambio y conciencia social. A lo largo de su carrera, el cantautor ha sido un defensor de la libertad y los derechos humanos, y su discurso en los Premios Princesa de Asturias reafirma su legado como un ícono de la música comprometida.
La ceremonia, que reunió a figuras destacadas de la cultura y la sociedad, se convirtió en un espacio para la reflexión y el diálogo, recordando a todos los presentes la necesidad de unir fuerzas para construir un futuro más justo y pacífico. Las palabras de Serrat dejaron una huella imborrable en el evento, inspirando a la audiencia a ser agentes de cambio en sus propias comunidades.

