El evento, organizado por la Casa Real, tuvo lugar en el majestuoso Alcázar de Segovia, un escenario cargado de simbolismo, ya que fue desde allí, el 13 de diciembre de 1474, desde donde Isabel salió como princesa para ser proclamada reina en la iglesia de San Miguel de la ciudad, un acto que consolidó su ascenso al trono de Castilla y que, con el tiempo, definiría el futuro de la corona y la unidad de España.
Durante su intervención, Felipe VI destacó el "legado imperecedero" de Isabel la Católica, resaltando su figura como una de las más relevantes de la historia de España. El monarca recordó su visión política, su determinación y su influencia en la consolidación de los Reyes Católicos, cuyo reinado marcó un antes y un después en la historia de la península ibérica.
"Isabel la Católica es, sin duda, una de las grandes figuras de nuestra historia. Su legado y sus decisiones transformaron no solo Castilla, sino todo el reino de España", subrayó Felipe VI ante una audiencia de autoridades locales y miembros de la Casa Real. "Hoy, conmemoramos su proclamación, un hecho que fue el inicio de una era de unidad, crecimiento y modernización para nuestra nación", agregó.

