
El exactor pornográfico Ignacio Jordá –conocido como Nacho Vidal—, ha sido condenado por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) al pago de una multa de 8.100 euros después de haber sido cazado en Valencia conduciendo sin carné y bajo los efectos de las drogas por dos delitos contra la seguridad vial, por lo que también se le ha privado del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante dos años.
En concreto, el actor que inspiró el biopic protagonizado por Martiño Rivas fue interceptado por agentes tanto de la Policía Nacional y la Policía Local el pasado 3 de octubre de 2020 en la Avenida Ausiás March de la capital del Turia porque conducía su vehículo a una velocidad baja y lo hacía "de modo errático y zigzagueante" llegando a estar muy cerca de colisionar contra otros coches.
Fue entonces cuando los agentes percibieron en su conducta síntomas que apuntaban a la ingesta de estupefacientes, como "desconexión del entorno, incapacidad para el habla, mirada perdida" o "serias dificultades para mantenerse en pie y súbitas caídas", entre otros. Por ello, el exactor fue sometido a un control de drogas voluntario en el que mostró haber consumido "GHB", a lo que se le conoce comúnmente como éxtasis líquido.
Dos delitos contra la seguridad
En este marco, el juzgado lo ha condenado autor de dos delitos contra la seguridad vial: el de conducir un vehículo a motor bajo la influencia de drogas tóxicas y el de conducir sin carnet, ya que lo había perdido como consecuencia de otra sentencia dictada el 29 de junio de ese año por conducir sin el saldo de puntos necesario para ello.
Así, se le ha impuesto una multa de nueve meses con cuota diaria de 10 euros y la privación del derecho a conducir durante dos años por el primer delito y a al pago de una multa de un año y medio con cuota diaria de 10 euros por ese segundo delito, que conllevaba un agravante por reincidencia.
La sentencia descarta, sin embargo, que las lesiones sufridas por uno de los agentes que sujetó al conductor durante una de sus constantes caídas guarde relación directa con los hechos en los que se fundamenta la condena, por lo que exime al penado del pago de la responsabilidad civil que ese policía reclamaba.
