
"La verdad siempre sale", respiraba aliviado este mediodía Juan José Ballesta. El actor, conocido por su célebre papel en El Bola, acaba de ser exculpado de la agresión sexual por la que fue denunciado en agosto de 2023. Sin embargo, él mismo describe lo que ha vivido en el último año y medio como un auténtico calvario: "La gente en la calle que no te conoce te tacha, todo el mundo te juzga, te escriben por Instagram... Lo he pasado realmente mal. Me han crucificado".
A las terribles consecuencias personales, se suman, además, las profesionales, ya que la denuncia, asegura, le ha cerrado muchas puertas. "Me han dicho muchas veces que no trabajan con agresores sexuales", lamenta sin atreverse siquiera a hacer una estimación de las pérdidas económicas que le ha supuesto este señalamiento público: "Prefiero no calcularlo".
Según dice, no ha tenido miedo en ningún momento. "Porque no he hecho nada", reitera. Sin embargo, reconoce que lo ha pasado mal por su hijo, "porque le han preguntado mucho", por su madre y, por chocante que resulte, por la mujer que le denunció. No en vano, sorprende su actitud conciliadora. "No voy a ir en contra de nadie, porque si la chica se decía que tenía problemas, lo que no voy a hacer es echarle más", ha asegurado Ballesta en la rueda de prensa celebrada este martes. "Si efectivamente la chica no está bien, pues que reciba el tratamiento que tenga que tomar y que él pueda continuar con su vida", añadía su abogada, Beatriz Uriarte.
"Fabulaciones" y "problemas de salud mental"
Tras practicar "todas las diligencias de investigación indispensables", la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Parla (Madrid) no ha encontrado ningún indicio de que Ballesta y un amigo suyo que también estaba imputado agredieran sexualmente a la mujer que les denunció, por lo que da por concluido el sumario sin procesar a ninguno de ellos.
La resolución se apoya, además, en las numerosas incoherencias y contradicciones en las que la supuesta víctima incurrió en las tres declaraciones que prestó ante la Policía Nacional y en los propios juzgados. De hecho, la jueza llega a hablar de "fabulaciones o pseudofabulaciones" que habrían sido vertidas a "consecuencia de sus problemas de salud mental, la falta de medicación y el consumo de sustancias estupefacientes y bebidas alcohólicas que ella misma reconoció". La decisión es firme y no admite recurso, aunque la denunciante aún puede presentar alegaciones en la Audiencia Provincial
Tres versiones diferentes
La investigación ahora archivada se inició en agosto de 2023, cuando una mujer de 47 años denunció que, tras varias horas tomando alcohol en un parque de Parla, el actor —que, según decía, era amigo suyo de la infancia— la obligó a sacar 200 euros de un cajero automático y luego la agredió sexualmente en la calle.
Asimismo, acusó a su amigo de haberla violado días más tarde, tras llamarla para que fuera a su casa con la intención de prostituirla. En su segunda declaración, la supuesta víctima cambió las fechas, aseguró que era este el que la había agredido en primer lugar, al tiempo que situó su encuentro con el actor —que siempre ha defendido que ni siquiera la conocía— en un local de ocio en vez de en un parque.
Pero aquella tampoco sería la versión definitiva. En su declaración en los juzgados, la denunciante situó los hechos en otro local de ocio diferente. Acusó al amigo de Ballesta de haberle echado "alguna sustancia en su bebida" y de llevarla a su domicilio, donde aseguró que la había violado. La supuesta agresión del actor la situó cuatro días más tarde y, de nuevo, dice que se produjo en un parque, tras obligarla a sacar dinero de un cajero automático.
Con todo, la jueza defiende que, si bien es "habitual" que en los delitos contra la libertad sexual existan ciertas contradicciones, en este caso, la versión de la mujer "no se sostiene por ningún extremo", ya que sus diferentes declaraciones presentan "alteraciones muy relevantes" sin ni siquiera mantener un relato persistente en aspectos esenciales. Además, la magistrada también apela a dos indicios que desmontan su versión.
Una nota y un testimonio crucial
Uno es la nota que ella misma dejó en casa del amigo del actor, que sí reconoció haberla llevado a dormir a su casa en una ocasión al percatarse de su estado de embriaguez. En ella, la mujer dejó su nombre, su número de teléfono, un corazón y unos labios rojos, lo que "lleva inevitablemente a cuestionar que si fuera cierto que ese día se produjera una agresión sexual la propia denunciante dejase dicha nota".
El segundo indicio, y más determinante, son los audios que ella misma envió a una amiga con la que estuvo la misma noche en los que supuestamente ocurrieron los hechos, en los que "se escucha claramente como la denunciante se encontraba perfectamente, feliz y emocionada porque las cosas parecía que le comenzaban a ir bien". Además, la propia amiga negó rotundamente que los hechos hubieran sucedido como ella los había relatado.


