
Es el Mago Pop un ilusionista de fama internacional, sobre todo en los Estados Unidos, en Nueva York, donde ha actuado varias veces nada menos que en pleno Broadway, el cogollo del mundo del espectáculo. Se llama Antonio Díaz Cascajosa, nacido en la localidad barcelonesa de Badía del Vallés el 9 de julio de 1986. Un artista de carácter discreto, del que es difícil investigar su pasado y encontrar datos sobre su vida íntima.
Sólo hemos encontrado los referentes a sus actuaciones, al dinero que ha invertido en la compra de dos teatros, empresario millonario a sus treinta y ocho años. Pero de su otra vida personal, casi nada. Sólo que hace tiempo vivió de alquiler en una casa que Jorge Javier Vázquez poseía en el centro de Madrid. El presentador seguro que conoce a fondo muchos detalles personales que el mago guarda para sí y jamás da a conocer cuando lo entrevistan.
Procede Antonio de una familia de emigrantes: su padre, murciano, Jesús el Pichi, trabajador en una empresa textil catalana, y su madre, Nieves, sevillana. Tiene dos hermanos, un varón médico y una fisioterapeuta.
Sabemos que contaba sólo diecisiete años cuando debutó como ilusionista. Lo hizo en dos teatros de Barcelona, el Borrás y el Coliseum. Tuvo que transcurrir bastante tiempo para darse a conocer en Madrid, en 2017, en el teatro Rialto, de la Gran Vía.
Sus éxitos en España y algunas capitales europeas lo llevaron a Nueva York, donde en 2023 se dio a conocer en el teatro Ethel Barrymore, en la avenida de Broadway, como contábamos al inicio. En la publicidad del ilusionista, que en sus comienzos había bebido de cuanto captó de un veterano colega, Juan Tamarit, se decía que Stephen Hawking lo había visto actuar, manifestando que no entendía cómo podía ejecutar sus sorprendentes ejercicios de magia. ¿Era eso verdad o el Mago se pasó de frenada?
Más cercano, Antonio Banderas, a quien aquel le atribuía un elogio también, llamándolo maestro. Y siempre según sus declaraciones, la revista Forbes informaba que nuestro compatriota era en su faceta artística "quien más gente llevaba a los teatros". Y se refería a los de Estados Unidos. Con una cifra mareante: la de que lleva recaudados hasta la fecha doscientos millones de euros. Ingresa por cada función ochenta mil euros. Hay día que son dos en las que actúa.
Quizás haya sido también otra circunstancia la que ha determinado esa popularidad del Mago Pop en los Estados Unidos: la de intervenir a través del Discovery Channel en un programa propio que según él se difunde nada menos que por ciento cincuenta países.
Se ha permitido el Mago Pop invertir en 2019, junto a otros socios, de Dagol Dagom y Tricicle, la adquisición del barcelonés teatro Victoria, antiguo feudo del empresario de las revistas musicales Matías Colsada, invirtiendo varios millones de euros. ¿Será eso cierto, una cantidad tan elevada? Nos parece una exageración, pero es lo que ha dicho el propio artista. También compró en 2023 otro coliseo en Branson, localidad del estado estadounidense de Missouri. Y como un guiño simpático y emotivo ha invertido unos cuantos miles de euros en el equipo de fútbol del Cieza, el pueblo de su padre.
En el anecdotario del Mago Pop figura un suceso que le ocurrió en Times Square, ya saben, en pleno centro de Manhattan, cuando distraído estuvo a punto de ser atropellado por un autobús. Tras reponerse inmediatamente del susto advirtió que en los laterales del vehículo figuraba el anuncio de sus actuaciones en Broadway.
En España, en 2022 figuró en el verano marbellí, programado en el Starlite Festival. Con su espectáculo Nada es imposible. Donde se suceden los trucos de cartas la telequinesis, levitación, teletransportación… En fin, ese mundo mágico de los ilusionistas, donde este artista parece ser de los mejores. Claro está que ha tenido aquí críticas muy duras de la Comunidad de Magos de España, acusándolo de plagiar bastantes de los números ya conocidos. Él se ha hecho el longuis sin hacerles caso. No podemos pronunciarnos sobre quién lleva razón. Lo que pudiera ser acaso envidia, porque el Mago Pop se ha hecho millonario.

