
Han transcurrido doce años de la muerte de Pepe Sancho. Su viuda, la periodista y escritora Reyes Monforte, le guarda luto en su corazón. Que sepamos, no ha cambiado de estado civil, ni se le conoce ninguna otra pareja: "Fue mi gran amor", repite en cuantas declaraciones hace sobre su vida con el desaparecido actor valenciano. Dedicada hace años a la radio, viene publicando novelas en los últimos años. Todas ellas están dedicadas a la memoria de quien fue su marido.
Reyes Monforte, madrileña de cincuenta años, se encontraba en el verano de 2003 de viaje con unas amigas en Portugal y convinieron desplazarse a Mérida donde en ese mes de agosto se representaban una serie de obras clásicas, griegas la mayoría, en el teatro romano de la ciudad extremeña, acontecimiento cultural de gran raigambre. Esa noche, "Medea" era la tragedia elegida por la compañía de José Sancho, que así se anunció siempre, aunque fuera más conocido con el familiar apelativo de Pepe, que es el que utilizaremos en adelante.
Terminada la representación Reyes Monforte mostró a sus amigas su intención de entrar a saludar al actor. Y tras presentarse como periodista radiofónica, entre ella y Pepe se cruzaron miradas cómplices, al punto de que ella escribió esto en su diario: "El flechazo fue mutuo entre los dos. Sentí que había conocido al amor de mi vida".
Tiempo más tarde, ya en Madrid, Reyes Monforte invitó a Pepe Sancho a su programa en Onda Cero. "Me parecía una mujer encantadora – escribió el actor en sus memorias – a pesar de que cuantas veces coincidimos y la invitaba a salir, me contestaba que lo sentía, pero que tenía por costumbre no hacerlo con hombres casados". En aquel entonces, Pepe Sancho lo estaba con María Jiménez.
Reproducimos otra frase de Pepe: "Seguí insistiendo convencido de que ella podría ser la mujer que yo estaba buscando. Tuvo que transcurrir más de un año desde mi divorcio para volver a coincidir con ella".
Y en adelante, tras su primera cita en un restaurante, comenzaron su esperado noviazgo, que duró alrededor de dos años. "Nos casamos – contaba Sancho – el primero de julio de 2006, en Bétera, Valencia… El alcalde de Manises ofició la ceremonia civil y Ana Duato y Luis del Olmo fueron los padrinos".
La pareja montó su hogar y desde la boda hasta que él falleció, nunca hubo discrepancias por ninguna de las dos partes. Si Pepe arrastraba fama de violento y mujeriego, con Reyes Monforte cambió de actitud. Ella le aportó el equilibrio que le faltaba al actor en su vida bastante aventurera.
Pepe no tenía problemas de trabajo. Rara vez está parado. A lo largo de su carrera demostró su talento en obras tanto clásicas de teatro, en comedias, o en películas de acción, como lo fue su papel en la larga serie televisiva "Curro Jiménez" en el papel de "El Estudiante", que le procuró una popularidad nunca soñada por él. En lo único que resultó poco convincente fue siendo ocasional cantante; tiempos en los que vivía con María Jiménez y actuaban juntos en una carpa junto a Juanito Valderrama. Dios no lo había llamado para esa faceta.
Fumaba mucho. Coincidí con él infinidad de ocasiones, y pude comprobarlo. El 3 de marzo de 2013, a los sesenta y ocho años, fallecía consecuencia de un cáncer de pulmón. Su cuerpo fue incinerado, esparcidas las cenizas en Altea (Alicante) donde vivió sus últimos meses de existencia. Le costó mucho ir incorporándose a su devenir profesional.
Queda dicho al principio que se estrenó como novelista. Con buenas críticas y ventas. La última de sus obras la ha publicado este verano, sobre la vida y obra de Adelina Patti, que fue en su tiempo, segunda mitad del siglo XIX, una de las grandes divas de la ópera. Había nacido en una pensión madrileña. Triunfó en toda Europa. Se divorció de su marido, que se beneficiaba de cuanto ganaba ella. Y encima tuvo que pagarle la mitad de su fortuna. Reyes Monforte escribe sobre ella lamentando que su nombre apenas sea recordado, salvo por los puristas del bel canto, a lo que quizás contribuya que sólo grabó dos discos en su vida. María Callas dejó por sentado que "sin el fenómeno Patti no hubiera existido el fenómeno Callas".

